La reciente investigación publicada en la revista de acceso abierto PLOS ONE destaca una preocupante relación entre el trabajo en turnos nocturnos y rotatorios y el deterioro cognitivo en los adultos de mediana edad y mayores. Esta conclusión se suma a los hallazgos de investigaciones anteriores que demuestran que los horarios de trabajo no tradicionales pueden tener un impacto significativo en la salud de los individuos.
El estudio fue dirigido por Durdana Khan, de la Universidad de York en Canadá, y sus colegas. Los investigadores analizaron los datos de 47 811 adultos del Estudio Longitudinal Canadiense. Este conjunto de datos incluía información autodeclarada sobre el empleo y los horarios de trabajo de los participantes, así como los resultados de pruebas de función cognitiva.
Un hallazgo notable fue que uno de cada cinco individuos, o el 21 % de los participantes, informó haber estado expuesto a algún tipo de trabajo por turnos a lo largo de su carrera. Las tasas de deterioro cognitivo fueron significativamente más altas entre los participantes que informaron haber estado expuestos al trabajo nocturno durante su empleo actual o durante su empleo anterior, en comparación con aquellos que solo habían trabajado durante el día.
Al analizar más a fondo los subdominios de la cognición, los investigadores observaron que el trabajo nocturno se asoció con deterioro de la función de memoria y el trabajo en turnos rotatorios con un deterioro de la función ejecutiva.
Estos hallazgos llevan a los autores del estudio a sugerir que la alteración del ritmo circadiano, o el ciclo biológico natural del cuerpo, debido al trabajo por turnos podría tener un impacto negativo en la función cognitiva de los adultos de mediana y avanzada edad. Estos resultados sugieren una posible relación entre la exposición al trabajo por turnos y el deterioro de la función cognitiva, lo que justifica una mayor investigación.
Los autores del estudio especulan que los estímulos circadianos perturbadores pueden desempeñar un papel en la neurodegeneración que contribuye al deterioro cognitivo. Sin embargo, se necesitan estudios adicionales para confirmar la asociación entre el trabajo por turnos y el deterioro cognitivo, así como cualquier vía fisiológica que subyace al mecanismo.
Este estudio amplía nuestra comprensión de las consecuencias para la salud de los horarios de trabajo no tradicionales. Al mismo tiempo, destaca la necesidad de seguir investigando y comprender mejor los mecanismos subyacentes que podrían explicar estos hallazgos. También resalta la importancia de tomar en cuenta las condiciones laborales y los horarios de trabajo como factores que pueden influir en la salud cognitiva de las personas, especialmente en el caso de los trabajadores nocturnos y los que tienen horarios rotativos.
Con todo, este estudio ofrece una valiosa contribución a la creciente literatura que examina los vínculos entre el trabajo nocturno y la salud. A medida que más personas en todo el mundo trabajan fuera de las horas laborales tradicionales de 9 a 17 horas, es crucial que entendamos cómo estos horarios pueden afectar la salud cognitiva. A medida que la sociedad continúa evolucionando, es esencial que consideremos cómo nuestros horarios de trabajo pueden afectar nuestra salud en general y nuestra salud cognitiva en particular.