El Vaticano tomará la decisión final sobre las apariciones marianas para prevenir confusiones y fraudes.

El Vaticano tendr la ltima palabra ante las apariciones marianas para evitar confusin y fraudes

El Vaticano ha presentado un innovador procedimiento para investigar las alegadas apariciones de la Virgen María y otros fenómenos espirituales. Este cambio en la política esencialmente significa que dichos fenómenos ya no se considerarán sobrenaturales por defecto, como era el caso anteriormente. En cambio, se establecerá la Santa Sede como la autoridad final para determinar si estos eventos merecen la devoción popular.

Las nuevas directrices, contenidas en un documento titulado ‘Normas para proceder en el discernimiento de presuntos fenómenos sobrenaturales’, fueron publicadas el viernes y sustituyen a las establecidas por Pablo VI. Las nuevas normas entrarán en vigor el próximo domingo 19 de mayo, con la intención de evitar confusiones y estafas propias de la era digital.

El prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, el cardenal Víctor Manuel Fernández, explicó que uno de los cambios más significativos en el documento es que, para evitar retrasos en el proceso de investigación, el proceso de discernimiento concluirá «no con una declaración ‘de supernaturalitate’ (de sobrenatural)».

La nueva normativa, aprobada por el Papa el pasado 4 de mayo, replantea el proceso de evaluación utilizado por la Iglesia Católica. En esencia, aparta la cuestión de si las autoridades eclesiásticas deben declarar como sobrenatural una visión, estigma u otro evento aparentemente de inspiración divina. En su lugar, se podrán dictar seis votos diferentes para discernir los casos.

El primer voto es el ‘Nihil obstat’, donde no se expresa ninguna certeza sobre la autenticidad sobrenatural, pero se reconocen signos de una acción del Espíritu. En este caso, se anima al obispo a evaluar el valor pastoral y a promover la difusión del fenómeno, incluyendo peregrinaciones.

El segundo voto es ‘Prae oculis habeatur’, en el que se reconocen signos positivos, pero también elementos de confusión o riesgos que requieren discernimiento y diálogo con los destinatarios.

El tercer voto es ‘Curatur’, que reconoce elementos críticos, pero hay una amplia difusión del fenómeno con frutos espirituales verificables.

El cuarto voto es ‘Sub mandato’, que establece que las cuestiones críticas no están relacionadas con el fenómeno en sí, sino con el mal uso que hacen de él individuos o grupos. En este caso, la Santa Sede confía al obispo o a un delegado la guía pastoral del lugar.

El quinto voto es ‘Prohibetur et obstruatur’, que establece que, a pesar de algunos elementos positivos, las críticas y los riesgos son graves. En este caso, el Dicasterio pide al obispo que declare públicamente que no se permite la afiliación y que explique los motivos de la decisión.

Finalmente, el sexto voto es la ‘Declaratio de non supernaturalitate’, en la que el obispo está autorizado a declarar que el fenómeno no es sobrenatural basándose en pruebas concretas.

El nuevo procedimiento también incluye regulaciones para el uso del falso misticismo y el uso de imágenes espirituales como «medio o pretexto para ejercer control sobre las personas o llevar a cabo abusos».

El Cardenal Fernández afirmó que el objetivo de esta nueva normativa es simplificar los procedimientos y poder llegar más rápidamente a una decisión sobre estos supuestos fenómenos sobrenaturales. Esto es especialmente importante en la era digital, sobre todo para evitar estafas y sortear a los que «intentan ganar dinero a costa de las creencias de la gente o manipularla».

Las antiguas normas, dictadas por el Papa Pablo VI en 1978 y que no se hicieron públicas hasta 2011, han sido sustituidas en su totalidad por las nuevas. La nueva normativa también regula criterios relacionados con las características personales del vidente o videntes, en particular el equilibrio psíquico, la honestidad, la rectitud de la vida moral, la sinceridad y la docilidad habitual hacia la autoridad eclesiástica.

El Cardenal Fernández también señaló que parte de la lógica que impulsa las nuevas normas es que en el pasado las decisiones «tomaban un tiempo excesivamente largo, que a veces abarcaba varias décadas». De hecho, desde 1950, solo seis casos de supuestas apariciones de la Virgen se han resuelto de forma definitiva.

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