Un adolescente en Massachusetts falleció en septiembre de 2023 como resultado del desafío llamado «el chip de tortilla más picante» en el que participó, de acuerdo con los resultados de la autopsia. La tragedia subraya los peligros potenciales de los desafíos alimentarios extremos que se han vuelto populares en las redes sociales.
El joven de 14 años, Harris Wolobah, murió tras sufrir una parada cardiopulmonar inducida por la ingestión de una sustancia alimentaria con alta concentración de capsaicina. La capsaicina es una molécula que se encuentra en algunos ajíes o chiles picantes y puede ser irritante y neurotóxica para las personas.
Según la autopsia, el joven tenía patologías cardiovasculares previas, incluyendo una «cardiomegalia», un término médico que se refiere a un corazón anormalmente grande. Estas condiciones preexistentes podrían haber contribuido a su muerte.
El chip de tortilla que consumió el joven provenía de una marca que advierte que su producto es un «chip de tortilla negro mortal». El empaque del chip de tortilla presenta un ataúd con una calavera roja en llamas, y se sabe que el chip contiene chiles del tipo Carolina Reaper, que se encuentran en la escala más alta de los picantes.
El incidente de Wolobah no es el primero de este tipo. Hay informes de otros adolescentes que se han enfermado después de ingerir este tipo de alimentos en desafíos similares. En California, tres estudiantes tuvieron que ser hospitalizados después de participar en un desafío de chips picantes, y en Minnesota, siete estudiantes se enfermaron en circunstancias similares.
Los desafíos alimentarios extremos han ganado popularidad en los últimos años, especialmente entre los jóvenes y en las redes sociales. Algunos desafíos implican consumir grandes cantidades de alimentos en un corto período de tiempo, mientras que otros, como el que llevó a la muerte de Wolobah, implican consumir alimentos con niveles extremadamente altos de picante.
Los expertos en salud advierten sobre los riesgos asociados con estos desafíos. La ingestión de alimentos extremadamente picantes puede provocar quemaduras en la boca, el esófago y el estómago, y puede desencadenar reacciones alérgicas graves. Además, la capsaicina, la molécula que hace que los chiles sean picantes, puede causar irritación y daño a los tejidos del cuerpo, e incluso puede ser tóxica en grandes cantidades.
Para las personas con afecciones de salud preexistentes, como el joven Wolobah, los riesgos pueden ser aún mayores. Los desafíos alimentarios extremos pueden poner una gran tensión en el cuerpo y pueden desencadenar o exacerbar problemas de salud existentes.
La muerte de Wolobah resalta la necesidad de una mayor conciencia y educación sobre los riesgos asociados con los desafíos alimentarios extremos. Es importante que los adolescentes y los adultos jóvenes comprendan los riesgos para la salud que pueden surgir al participar en estos desafíos, y que se sientan empoderados para tomar decisiones informadas sobre su participación.
Además, puede ser necesario un mayor control regulatorio sobre los alimentos que son comercializados y vendidos específicamente para su uso en desafíos alimentarios extremos. Las advertencias claras sobre los riesgos para la salud, así como las restricciones sobre cómo se comercializan y venden estos productos, podrían ser medidas importantes para prevenir incidentes trágicos como la muerte de Wolobah en el futuro.
A medida que las redes sociales continúan fomentando y promoviendo estos desafíos alimentarios extremos, es crucial que se tomen medidas para garantizar la seguridad de quienes eligen participar en ellos. La muerte de Wolobah es un recordatorio trágico de las consecuencias potencialmente mortales de estos juegos aparentemente inocentes.