El Ministerio de Asuntos Exteriores de Bolivia ha emitido un comunicado condenando los recientes actos de violencia perpetrados por colonos israelíes en Al-Quds (Jerusalén) y Cisjordania ocupados. El país sudamericano también repudió los ataques a convoyes de ayuda humanitaria dirigida a Gaza, así como los atentados contra las instalaciones y el personal de la Oficina de la Agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos (UNRWA).
Según el comunicado, estos hechos representan una flagrante violación de los acuerdos de Viena y una obstrucción al acceso de ayuda vital para la población civil palestina. Bolivia insta a las autoridades israelíes a llevar a cabo una investigación exhaustiva y transparente sobre estos incidentes, y a que los responsables sean llevados ante la justicia para rendir cuentas por sus acciones.
El comunicado concluye con un llamado a la comunidad internacional a unirse en la condena a estos actos de violencia y a redoblar los esfuerzos diplomáticos para buscar una solución justa y duradera al conflicto en la región de Asia Occidental, que ponga fin al genocidio contra el pueblo palestino.
Las redes sociales han proporcionado imágenes impactantes del ataque que los colonos sionistas hicieron a los camiones que llevaban la ayuda humanitaria a la población de Gaza. La ira y la violencia con que destruyen la comida recuerda el fanatismo de los colonos blancos en Sudáfrica y en Rodhesia.
Un grupo de israelíes bloqueó y vandalizó un convoy humanitario que transportaba ayuda para los palestinos en la Franja de Gaza, informaron medios locales. Al menos cuatro de los manifestantes fueron arrestados, según el medio israelí Haaretz, que cita a fuentes policiales.
Este incidente tuvo lugar cerca de la localidad de Al Jalil (Hebrón), en Cisjordania ocupada. Coincide con una ofensiva israelí en la ciudad de Rafah, en el extremo más meridional de la Franja de Gaza, donde Israel ha cerrado el cruce hacia Egipto y restringido aún más la llegada de ayuda humanitaria al devastado enclave palestino.
La canciller boliviana, Celinda Sosa, denunció “el sistemático bloqueo que ha venido ejecutando Israel para impedir que las operaciones humanitarias se desarrollen en Gaza”. Un cargamento con 90 toneladas de ayuda humanitaria, que envió Bolivia, se encuentra aún en la ciudad de Rafah “en resguardo de las potencias ocupantes”, a las que pidió que permitan el ingreso de la carga.
Sosa también instó a los países del mundo a no permanecer indiferentes ante el cruel genocidio en curso en la Franja de Gaza y subrayó que Palestina tiene derecho a la autodeterminación, a su territorio y a ser miembro pleno de las Naciones Unidas.
Estos actos de violencia y el bloqueo de la ayuda humanitaria son una muestra más de la grave crisis que se vive en la región. Las acciones de los colonos israelíes y las restricciones impuestas por el régimen israelí representan un obstáculo para la llegada de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza, una región que ya de por sí sufre una situación de extrema precariedad.