El avance tecnológico en el mundo de los procesadores sigue creciendo a un ritmo acelerado, permitiendo a los usuarios disfrutar de lo último en rendimiento y eficiencia. En esta ocasión, la noticia más destacada ha sido el lanzamiento de los nuevos procesadores AMD Ryzen 8000F, que ya están disponibles en el mercado internacional a un precio atractivo, incluso más bajo de lo que se había previsto en su anuncio en el mercado chino.
Estos novedosos procesadores, pertenecientes a la serie «Hawk Point» y con socket AM5, son una excelente alternativa para los ordenadores de sobremesa. Sin embargo, a diferencia de sus homólogos de la serie 8000G, los AMD Ryzen 8000F poseen una diferencia fundamental: no incluyen gráfica integrada o, en caso de tenerla, está deshabilitada. Esta característica, aunque pueda parecer un inconveniente para algunos, proporciona más alternativas y precios más asequibles para los usuarios.
Es importante tener en cuenta que muchos usuarios no necesitan o desean una tarjeta gráfica dedicada. Este tipo de tarjetas, especialmente las de gama media y alta, suelen tener un alto coste, a menudo más elevado que el de los propios procesadores. Para este grupo mayoritario de usuarios, tanto Intel como AMD comercializan diseños que incluyen CPU, GPU, NPU, controladores y los componentes principales, como la memoria caché. Al integrar todos estos componentes, se consigue abaratar la producción y, potencialmente, el coste al cliente final. Sin embargo, los AMD Ryzen 8000F pueden ser atractivos para aquellos usuarios que planean instalar gráficas dedicadas.
AMD presentó estos nuevos procesadores ‘F’ como parte de su plan general de «atacar todos los rangos de precio». Por lo tanto, se esperaban precios competitivos para estos modelos, incluso inferiores a los de sus contrapartes «G» con la gráfica integrada habilitada. No obstante, los precios son incluso más bajos de lo previsto. AMD ha comercializado solo dos versiones de estos procesadores, ambas disponibles en el mercado internacional.
El primer modelo es el Ryzen 7 8700F, que cuenta con 8 núcleos y 16 hilos ZEN 4 de procesamiento nativo, 24 Mbytes de caché, una frecuencia máxima de hasta 5 GHz y un consumo TDP de 65 vatios. Este modelo es muy similar a la APU Ryzen 7 8700G «Hawk Point», pero sin tener habilitado el chip gráfico Radeon 780M. Su precio en los principales minoristas estadounidenses es de 269 dólares, mientras que en Europa es de 329 euros. AMD lo posiciona frente al Intel Core i5-14400F.
El segundo modelo es el Ryzen 5 8400F, que no tiene equivalencia en la serie general, pero probablemente se sitúe entre los 8500G y 8300G con sus 6 núcleos y 12 hilos de procesamiento, 22 Mbytes de caché, una frecuencia máxima de hasta 4,7 GHz y un consumo TDP de 65 vatios. Los minoristas americanos lo venden por 169 dólares, mientras que se espera que en Europa no supere la barrera de los 200 euros.
En conclusión, los procesadores AMD Ryzen 8000F pueden no ser para todos los usuarios, pero ofrecen una alternativa de uso en configuraciones donde se instalará una gráfica adicional al procesador. Con precios ajustados y compatibilidad con las placas base generales con zócalo AM5, estos procesadores representan una opción a tener en cuenta. Además, se distribuyen en una caja que incluye un ventilador de aire AMD Wraith Stealth.