Así comenzaba el periodista Alberto Fernández Parrón la jornada de Autismo España para conmemorar el Día Internacional del Síndrome de Asperger, que se celebra hoy, 18 de febrero.
Como destacaba Guillermo Benito Ruiz, psicólogo del área de Investigación de la Confederación, “la categoría de síndrome de Asperger apareció en 1993 en la clasificación internacional de las enfermedades y desapareció en 2013. Durante ese período sí se diagnosticaba bajo esta etiqueta, que se encontraba dentro de los trastornos generalizados del desarrollo. En 2013 se eliminó esta categoría porque se comprobó que había cierto solapamiento con el autismo y, desde entonces, hablamos de la condición como una entidad más amplia, como un espectro en el que caben personas con capacidades, intereses y necesidades de apoyo muy distintas”.
Por eso, continuaba Benito, “aunque ya no existe la categoría clínica, el síndrome de Asperger sigue generando un sentimiento de identidad y de seguridad para aquellas personas que, hasta 2013, recibieron dicho diagnóstico”. Esta es la razón por la cual celebramos jornadas como esta: más allá de las etiquetas diagnósticas, visibilizar a las personas con autismo sin discapacidad intelectual asociada ni dificultades significativas del lenguaje.
Testimonios en primera persona
La jornada Lo que no sabías del síndrome de Asperger ha contado con la participación de tres personas en el espectro del autismo, que han compartido sus historias y testimonios, poniendo de manifiesto que cada una es diferente y tiene sus propias capacidades, intereses y necesidades específicas: Ainhoa Castaño Martos, María Oviedo Egido y Pedro González Carballo.
Ainhoa Castaño Martos tiene 22 años y fue diagnosticada a los 17. “Mi forma de entender el mundo y de entender y procesar las emociones es diferente. El diagnóstico me ayudó a conocerme mejor y a conocer mis puntos fuertes y en qué puedo mejorar”, asegura.
Desde entonces, esta estudiante de dos ingenierías, galardonada con el Premio Dona y el premio a la mejor estudiante en Cataluña, visibiliza la condición desde su canal de Instagram. “Tener autismo me hace llegar a conclusiones distintas y, en el mundo de la ingeniería, es muy bueno, porque se valora mucho la diversidad, ya que se ha visto que los grupos, cuanto más diversos, obtienen mejores resultados”, sostiene Ainhoa.
“El bullying que sufrí era brutal”
María Oviedo Egido tiene 36 años y fue diagnosticada a los 14 en la Asociación Autismo Burgos. “En aquella época era de las pocas chicas diagnosticadas; las mujeres nos camuflamos más e imitamos el comportamiento de los demás, un poco como modo de autodefensa”, explica María, que participa siempre que puede en charlas de sensibilización sobre el autismo.
“El bullying que sufrí en mi etapa educativa era brutal. Creo que me gustaba estudiar, pero me sentía como una gacela perseguida por leopardos, y asocié los estudios con el dolor. Por eso no estudié bachillerato ni fui a la Universidad, pero sí conseguí hacer grados medios (de cocina y gastronomía y confección y moda)”, ha compartido María, que también ha destacado que le encanta pintar y que ha tenido la oportunidad de exponer algunas de sus obras en Estados Unidos y varios países europeos.
Pedro González Carballo tiene 32 años y es usuario de la Asociación Astrade, en Murcia. Estudió el Grado en Historia y FP en Mediación Comunicativa, así como un curso de lengua de signos. Lleva 2 años trabajando en Fnac y lo compagina con la preparación de la oposición de administrativo del Estado. Es una persona muy organizada que requiere “bastante planificación”.
Para Pedro, el diagnóstico le ayudó “a aceptarme más como yo era” y le animó a desarrollar sus proyectos personales, como un blog divulgativo sobre Historia, en el que intenta “combinar lo que llevaba aprendido en estos años y adaptarlo al formato de lectura fácil para hacer los contenidos más accesibles a las personas con discapacidad”.
La importancia de los apoyos y de la familia
Durante la jornada, se han respondido las preguntas que las personas asistentes han realizado a través de redes sociales y el canal de YouTube. Por qué se sigue usando el término Asperger si ya no existe la categoría diagnóstica, señales que pueden ayudar a identificar la condición, cómo ayudar a aceptar el diagnóstico o qué apoyos resultan útiles en el día a día han sido algunas de ellas.
En relación con estos apoyos, Pedro ha asegurado: “El apoyo es fundamental, sobre todo de la familia, de los hermanos, y de las asociaciones de autismo. Es importante intervenir cuanto antes para desarrollar las habilidades y atender a nuestros intereses específicos”.
En la misma línea se ha manifestado Ainhoa, destacando la importancia de los hermanos: “Hasta la adolescencia, no había tenido interés en socializar y, por eso, mis habilidades sociales eran bastante nulas. Entonces empecé a preguntar a mi hermana pequeña lo que habían querido decir las personas con las que había interactuado, porque muchas veces no lo entendía los gestos, las expresiones faciales, etc”.
María recuerda con dolor su etapa escolar, pero asegura que “odia estar enfadada” y, por eso, ya no guarda rencor a las personas que le hicieron bullying. “Todos los días para mí es un pequeño desafío y consigo pequeñas victorias, cosas que pensé que nunca haría”, ha concluido.
Cierre de la jornada
Más de 200 personas han seguido la jornada Lo que no sabías del síndrome de Asperger, tanto de manera presencial, en la sede de Autismo España, como online a través del canal de YouTube de la Confederación.
Como ha concluido Alberto Fernández, iniciativas como esta sirven para visibilizar que lo importante “es que somos personas”. Pero también para ayudarnos “a reflexionar un poco más para no juzgar algo que no acabamos de comprender, y pasar de la crítica y de ese juicio a valorarlo y abrazarlo”.
artículo original de: https://www.saludadiario.es/servicios-sociales/las-personas-con-sindrome-de-asperger-reivindican-una-mayor-concienciacion-sobre-sus-necesidades-especificas/