El alto funcionario de la administración estadounidense, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, realizó una visita sorpresa a Kiev para mantener importantes reuniones con el presidente Zelenski y el alto mando militar. La repentina visita tiene como objetivo principal discutir la actualidad del conflicto en Ucrania, la renovada ofensiva en Jrkiv, los recientes cambios políticos en la cúpula del Kremlin y la creciente preparación rusa para una guerra larga.
A través de esta visita, Washington quiere reafirmar a Ucrania su apoyo incondicional en la lucha por defenderse de los cada vez más intensos ataques rusos. En este sentido, Ucrania tiene una petición especial para Blinken: que permita atacar con las armas entregadas el territorio ruso, y no sólo los territorios ucranianos ocupados. Esta solicitud no es arbitraria, ya que durante la ofensiva hacia la ciudad de Jrkiv, Rusia ha sido capaz de abastecer la logística de sus tropas sin temor a ser atacada al otro lado de la frontera, una ventaja significativa para Moscú.
El reciente cambio de ministro de Defensa en el gobierno ruso, de Sergei Shoigu al economista Belusov, parece ser una estrategia para prolongar la guerra y relanzar toda la industria de armamento, con el objetivo de que Putin alcance algún objetivo que pueda llamar victoria. Ante esta situación, Kiev, mucho más dependiente de la ayuda exterior, necesita el apoyo de Estados Unidos, y ese es precisamente el mensaje que trae Blinken.
Este es el cuarto viaje a Kiev de Blinken desde que Rusia invadió Ucrania en febrero de 2022. El secretario de Estado desea comprometerse con la defensa y la seguridad del país a largo plazo y enviar un mensaje a Moscú. La Casa Blanca ha anunciado ya 1.400 millones en asistencia militar a corto plazo y 6.000 millones en ayudas a más largo plazo. De acuerdo con el asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, se está «intentando acelerar realmente el ritmo» de los envíos de armas estadounidenses a Ucrania.
Varios funcionarios de Estados Unidos han asegurado que se entregarán este verano no solo armas de mayor rango, sino mucho más modernas, para que Kiev pueda defenderse de las nuevas amenazas rusas, especialmente de las bombas planeadoras, lanzadas por aviones rusos desde su propio territorio, pero con capacidad para atacar zonas a 40 kilómetros de distancia.
La visita de Blinken durará dos días y también mantendrá reuniones con personas relevantes de la sociedad civil ucraniana para enviar un «mensaje de tranquilidad».
Mientras tanto, Rusia ha intensificado sus ataques, especialmente mientras el paquete de ayuda militar de Washington estuvo paralizado durante seis meses, obligando a paralizar la mayoría de la asistencia estadounidense. Estos ataques se han incrementado en las últimas semanas, en un intento del Kremlin por aprovechar la escasez de efectivos y armamento de Kiev mientras llegan las nuevas partidas. La munición y las nuevas armas están comenzando a fluir hacia los frentes de batalla.
La visita sorpresa de Blinken a Kiev y sus reuniones con el presidente Zelenski y el alto mando militar destacan la creciente preocupación de la administración estadounidense por la situación en Ucrania. Con el apoyo económico, militar y político, Estados Unidos reafirma su compromiso de ayudar a Ucrania a defenderse de los intensos ataques rusos. Este esfuerzo conjunto es crucial para mantener la estabilidad en la región y para contener la creciente amenaza de una guerra a gran escala.