El Comité Central del Partido Socialista (PS) de Chile realizó una fuerte convocatoria a sus parlamentarios el pasado sábado para que aprueben la ley corta de Isapres, la cual será votada en el Senado y la Cámara de Diputados en una doble jornada este lunes. Según el texto emitido por el comité, «No es posible estar en el gobierno y votar contra él». Este llamado surge en un contexto de rebelión de algunos diputados y senadores del PS, quienes consideran que la ley favorece a las aseguradoras en detrimento de los afiliados.
El PS es consciente de su papel como un partido clave y sostén político de la administración de Gabriel Boric. Sin embargo, el comité del Partido Comunista (PC) ha mostrado descontento con varias iniciativas del gobierno, en su intento de proteger su flanco izquierdo. En La Moneda, sede del gobierno chileno, se asume esto como un costo hundido.
A pesar de que La Moneda sostiene que observa con tranquilidad y mesura los estudios de opinión, la reciente disminución de respaldo al Presidente Boric entre los jóvenes y aquellos más identificados con la izquierda ha generado ciertas preocupaciones. Este escenario ha motivado al Partido Comunista a ajustar su programa estratégico y definir su línea política, buscando cubrir el flanco izquierdo del Presidente Boric.
El Partido Comunista ha criticado algunas acciones y declaraciones del presidente Boric. Entre ellas, sus comentarios contra el «perro matapacos», un símbolo de resistencia durante las protestas en Chile, y sus críticas a la situación de hambre y falta de democracia en Cuba. Estos factores, junto con otros, han alentado al PC a intensificar su diferenciación por la izquierda.
Según la última medición de Cadem, la percepción de insatisfacción con el gobierno de Boric entre quienes se identifican con la izquierda ha aumentado de un 12% a un 21% entre septiembre de 2022 y mayo de 2024. Asimismo, la desaprobación a Boric entre los encuestados de entre 18 y 35 años ha subido en 10 puntos porcentuales.
En abril, el presidente del PC, Laurato Carmona, y la secretaria general, Bárbara Figueroa, visitaron Cuba con el objetivo de establecer un acuerdo de cooperación e intercambio con el partido comunista cubano. A diferencia de sus declaraciones sobre Venezuela y Nicaragua, Boric siempre ha sido cauteloso al referirse a la dictadura cubana. Sin embargo, sus críticas a Cuba tras la visita de Carmona y Figueroa han sido más duras de lo habitual, lo que ha provocado una defensa cerrada del régimen cubano por parte de miembros del PC.
El PC también ha criticado la idea de impulsar una reforma al sistema político, la cual está siendo apoyada con fuerza por el Socialismo Democrático, en particular el PS. En una entrevista con El Siglo, Carmona indicó que no estarían de acuerdo con una reforma que disminuya la presencia representativa de diversos sectores dentro del Congreso Nacional. La presión del PC ha influido en el discurso ambivalente del propio Boric sobre la idea de impulsar o no esta reforma a las reglas electorales.
Recientemente, el Presidente Boric llamó al senador Alfonso De Urresti (PS), uno de los principales impulsores del cambio al sistema político, para convencerlo de dejar de apoyar esa iniciativa. Este hecho resalta las tensiones existentes entre los partidos que sostienen la administración actual y el reto que representa para el presidente Boric mantener la cohesión dentro de su base de apoyo.