En la actualidad, cuando escuchamos hablar de cajas automáticas, nos viene a la cabeza la imagen de viajes más placenteros y cómodos. Por el contrario, las cajas de cambios manuales suelen estar asociadas a una conducción más deportiva, incluso a su uso en circuitos, ya sea con palanca tradicional o cambio accionado por levas. Sin embargo, esta percepción está cambiando. El desarrollo de las cajas automáticas está transformando nuestra forma de conducir, tanto en la pista como en la carretera.
Los cambios automáticos han dado saltos de gigante
Hoy en día, existen numerosos tipos de cajas automáticas, como las de doble embrague, las que cuentan con un convertidor de par, las cambios CVT (transmisión continua variable), o las manuales automatizadas que utilizó Ferrari en el pasado. Las cajas automáticas ya no son exclusivas de marcas Premium, SUV o coches electrificados. Un ejemplo de ello es Toyota, que equipa en su GR Yaris una caja de ocho velocidades tras probar su efectividad en la Super Taikyu en Japón, en rallyes del campeonato japonés y en pruebas en Finlandia con pilotos de Toyota Gazoo Racing.
Las cajas automáticas han hecho su aparición incluso en la Fórmula 1. Ya en 1989, el Ferrari 639 equipaba una caja de cambios semiautomática con accionamiento electrohidráulico con levas. En los años 2000, se introdujeron sistemas de programación de subida y bajada de marchas, aunque fueron prohibidos posteriormente. Un caso notable fue el abandono de Mika Häkkinen en el Gran Premio de Italia de 1999, cuando seleccionó la marcha incorrecta, lo que le costó una victoria segura.
Así como Toyota considera que su caja de cambios automática de ocho marchas es más efectiva que la manual de seis marchas, BMW sostiene que su cambio automático actual, presente en el BMW M3 Competition, entre otros modelos, es la mejor opción, dejando atrás el cambio manual DCT que utilizaba anteriormente.
Las cajas automáticas actuales, desarrolladas gracias a la experiencia en competición
El avance de las cajas automáticas no implica que las competiciones adopten exclusivamente este tipo de cambio. A pesar de los avances en el desarrollo de las cajas automáticas, las cajas de cambios manuales suelen ser más pequeñas y ligeras, y pueden transmitir más tracción al suelo sin pérdida de potencia. Además, su lubricación suele ser más eficiente que la de las cajas automáticas. Estos factores, sumados a lo que indique cada reglamento de competición, aseguran que las cajas manuales seguirán siendo la norma en competición, ya sean con levas o con palanca secuencial.
Lo que sí es cierto es que, gracias al desarrollo invertido en competición, hoy es posible ver cajas de cambio automáticas que hace una década hubieran sido impensables. Antiguamente, estas cajas eran mucho más lentas (inicialmente de tres y cuatro marchas) y presentaban peores cifras de consumos y emisiones. Aunque en muchos casos el cambio automático sigue siendo más caro (con un sobreprecio que ronda el 14%), en otros llega a ser incluso más económico.