La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (FICR) ha emitido una severa condena contra el «continuo bombardeo» israelí en contra del hospital Al-Amal, ubicado en el sur de Gaza. Esta es una situación que ha generado un impacto no solo a nivel local sino también internacionalmente, y ha despertado el interés de los observadores de los derechos humanos y de las organizaciones de salud del mundo.
De acuerdo con los informes de los medios locales, se estima que durante el tiempo de los ataques, aproximadamente 14 000 personas se encontraban refugiadas en el hospital Al-Amal, situado en Jan Yunis. Esta cifra es alarmante y pone en relieve el grave riesgo al que se enfrentan los civiles en zonas de conflicto y la importancia de los hospitales y otros lugares seguros durante estos tiempos de desorden y violencia.
La FICR expresó su profundo pesar por los ataques, ya que estos han ocasionado la pérdida de vidas de civiles inocentes, incluyendo un menor de cinco años. Además, la situación ha obligado a miles de personas que se refugiaban en el hospital a desplazarse. Este hecho pone en evidencia el impacto devastador de los conflictos armados en la población civil, y especialmente en los más vulnerables, como son los niños.
La Federación también hizo hincapié en que un voluntario de la Media Luna Roja Palestina resultó herido en este ataque. Esto se suma a los 26 heridos desde el pasado 7 de octubre y a los cuatro compañeros que perdieron trágicamente la vida cumpliendo con su deber. Estas cifras son un sombrío recordatorio de los peligros a los que se enfrentan los trabajadores humanitarios, que arriesgan sus vidas para ayudar a los demás en situaciones de crisis.
«Los emblemas de la Cruz Roja simbolizan la asistencia humanitaria neutral e independiente en todo momento y garantizan la protección en tiempos de conflicto y desastre en todo el mundo», destacó la FICR. Este énfasis en la neutralidad y la protección de los trabajadores humanitarios es un elemento fundamental del derecho internacional humanitario, y su violación supone un grave crimen de guerra.
Los hospitales en Gaza y Cisjordania, junto con otras infraestructuras médicas críticas, han sufrido cerca de 600 ataques desde el inicio de la guerra israelí contra Gaza, tal como informó la Organización Mundial de la Salud (OMS). Durante esos 600 ataques, al menos 613 personas perdieron la vida en estas instalaciones, y más de 770 resultaron heridas. Estas cifras escalofriantes son un reflejo de la brutal realidad de la guerra y la urgente necesidad de proteger a los civiles y las infraestructuras de salud en las zonas de conflicto.
