En 2021, la gigante automotriz Ford anunció un cambio radical en su estrategia de mercado: la transición de los motores de combustión a los sistemas híbridos, con la intención de que todos sus modelos estén electrificados para 2030. Esta decisión, que marcó un hito en la industria automotriz, se ha seguido a rajatabla hasta ahora. Sin embargo, hay indicios de que Ford podría estar reconsiderando su posición sobre la eliminación total de los motores de combustión.
El primer indicio de este cambio de rumbo fue el cese de la producción del Ford Fiesta en 2023. Se espera que el Focus, que se fabrica en la planta alemana de Saarlouis, también desaparezca para 2025. Sin embargo, la deceleración en las ventas de vehículos eléctricos ha hecho que Ford se plantee mantener los modelos de combustión, incluyendo los híbridos, más allá de 2030 si sus clientes lo demandan.
En la línea de su plan de electrificación, Ford ha invertido dos mil millones de dólares para transformar su fábrica de Colonia en una planta dedicada a la producción de vehículos eléctricos. Utilizando la plataforma MEB del Grupo Volkswagen, esta planta producirá el reemplazo eléctrico del Fiesta y del Explorer eléctrico. La producción de este último, así como las primeras informaciones del sucesor del Fiesta, se darán a conocer oficialmente en junio, según Automotive News Europe.
La planta de Almussafes no se ha quedado atrás en este proceso de transformación. Tras la desaparición del Mondeo hace algunos años, actualmente sólo se produce el Kuga en sus diferentes versiones (combustión interna, híbrido e híbrido enchufable). Sin embargo, se espera que pronto se anuncien los planes futuros para esta planta, que podrían incluir un nuevo modelo con varias opciones de sistemas de propulsión.
Pese a estos indicios, Ford mantiene su objetivo de electrificación total para finales de la década. La compañía considera que la electrificación de sus modelos es la solución a largo plazo, especialmente en Europa, donde se espera que para 2035 todos los coches vendidos tengan huella de carbono cero. Este objetivo no sólo se aplica a los coches de pasajeros, sino también a los vehículos comerciales. De hecho, hace apenas unas semanas Ford anunció la Transit eléctrica con una batería de mayor capacidad.
Sin embargo, la decisión de Ford de mantener o retrasar la fecha en la que sólo ofrecerá vehículos eléctricos para 2030 dependerá totalmente de la demanda del público. El plazo para la electrificación total es relativamente corto, teniendo en cuenta los tiempos actuales de la industria del motor. Las ventas del Explorer y de otros modelos eléctricos serán determinantes en este sentido.
Mientras tanto, Ford enfrenta otros desafíos en el Reino Unido, un mercado en el que siempre ha tenido mucha presencia con modelos populares como el Fiesta, el Focus y el Mondeo. Sin embargo, el mandato para promover las ventas de vehículos eléctricos juega en contra de los coches de combustión que Ford fabrica en este país. Esto les obligaría a vender estos vehículos en otras partes de Europa, lo que supondría un incremento en los costes de logística. A pesar de estos desafíos, Ford continúa trabajando en su estrategia de electrificación, aunque parece dispuesta a adaptarse a las demandas del mercado si es necesario.