El prestigioso fabricante automotriz británico, Rolls-Royce, ha revelado su más reciente joya automovilística, la segunda generación del Cullinan, denominada Cullinan Series II. Este modelo viene a reemplazar al anterior, que se introdujo en el mercado en 2018, y es el último refinamiento de la fórmula ya conocida de la marca de lujo, con sede en Goodwood, un lugar de culto para los entusiastas de los motores.
El Cullinan Series II no es solo un restyling del SUV de Rolls-Royce, sino que también viene con una versión de alto rendimiento llamada Black Badge. Esta versión se distingue por su enorme parrilla frontal de color negro, que en esta ocasión se ilumina, proporcionando un aspecto elegante y agresivo al mismo tiempo.
A nivel mecánico, el Rolls-Royce Cullinan Series II mantiene el motor 6,75 V12 de la generación anterior, que ofrece una impresionante potencia de 563 caballos y un par motor de casi 900 Nm. El Black Badge Cullinan, por otro lado, lleva la potencia un paso más allá, aumentándola hasta los 600 caballos. Este motor es contrario a las tendencias actuales de la industria automotriz, que está orientada hacia los motores más pequeños y eficientes en términos de combustible.
En el caso del Black Badge Cullinan, se ha reducido el recorrido del pedal de freno para que responda de forma más rápida a los inputs del conductor, mejorando la agilidad del vehículo. Además, este modelo cuenta con un ‘Low Mode’ que aumenta la velocidad de los cambios de marcha proveniente de la caja de cambios de ocho velocidades suministrada por ZF.
En cuanto a su diseño exterior, las llantas de 23 pulgadas pueden ser pulidas parcial o totalmente, con un nuevo diseño de llantas de siete radios, siendo la primera vez que las llantas de 23 pulgadas se ofrecen de serie para el Black Badge. Además, cuenta con un eje trasero direccional que se ajusta según la dirección y lo que el conductor presione el pedal del acelerador.
El interior del Cullinan Series II refleja el compromiso de Rolls-Royce con la calidad y la atención al detalle. Incorpora un sistema operativo llamado SPIRIT que controla todas las funciones del vehículo, incluyendo la calefacción, el aire acondicionado, Wi-Fi, Bluetooth y un sistema de audio con 18 altavoces. Además, cuenta con un panel cristalino en el cuadro de mandos que mezcla lo digital con lo artesanal, y un panel Fascia que ya hemos visto tanto en el Ghost como en el Spectre.
En un Rolls-Royce, cada detalle cuenta. En el interior de cada Cullinan se realizan 2,2 millones de puntadas, se utilizan 17,7 kilómetros de hilo y se invierten 20 horas de construcción para garantizar la uniformidad del patrón. Además, se incorporan hasta 107.000 perforaciones de entre 0,8 y 1,2 milímetros en el cuero, revisadas por un artesano para asegurar que cada detalle valga la pena.
El precio del Cullinan Series II es un misterio, pero teniendo en cuenta el nivel de lujo y refinamiento que ofrece, es probable que sea más caro que su predecesor. Sin embargo, para los clientes de Rolls-Royce, que aprecian la calidad y el lujo por encima de todo, este aumento de precio probablemente no sea un obstáculo.