La lucha simbólica en la película y la realidad médica
Es en esta película donde, después de una discusión y argumentos varios, un hombre puede luchar por su derecho a parir, aunque no pueda parir. “Es un símbolo de nuestra lucha contra la opresión”, dice uno. “Es un símbolo de SU lucha contra la realidad”, dice otro. Estos hombres pertenecen al Frente Popular de Judea, un grupo que planifica constantemente acciones contra los romanos; todas ellas más simbólicas que reales, y siempre infructuosas.
El paralelismo con Atención Primaria
Los médicos de Atención Primaria que escogimos esta profesión por auténtica vocación y que, cuando nos juntamos, hablamos de lo mal que va todo y las pocas expectativas de mejora, somos el equivalente al Frente Popular de Judea. Analizamos, analizamos, analizamos, analizamos… y así, año tras año, y NUNCA se aprecia ninguna mejora.
Defendemos hace tiempo la realización de actividades preventivas y comunitarias y, a pesar de la sobrecarga diaria, si al Frente Popular de Judea alguien nos habla de la posibilidad de realizar actividades preventivas promovidas por nuestras gerencias, nos emocionamos de forma extraordinaria, y siempre decimos que sí, aunque nos falte tiempo y el equipo se colapse. ¡Pero es nuestra pasión! ¡Es por lo que escogimos la Primaria!
Y ahí es donde nos tienen pillados y, desde mi punto de vista, cometemos el error.
“Ilusión” por las actividades preventivas
Recientemente, en la Junta de Castilla y León se ha presentado una Proposición No de Ley para mejorar la atención de pacientes con EPOC con el objetivo de realizar una detección precoz, mejorar el control y promover actividades comunitarias como El Paciente Activo.
Como era de esperar, nuestra gerencia ha movido ficha, y ha venido a nuestro centro de salud a hacernos una propuesta para mejorar las actividades sobre nuestros pacientes EPOC. Cuando esto ha ocurrido, el Frente Popular de Judea creía morir de la ilusión. ¡Por fin actividades promovidas por nuestro Gobierno regional para mejor control de una patología crónica! ¿Cómo vamos a decir que no?
¿Por fin compartiremos nuestra jornada laboral con enfermería familiar y comunitaria, esa especialidad que ya sabe cómo se hacen las espirometrías y tiene formación y motivación para realizar actividades comunitarias? ¡No mujer! ¡Ya irán aprendiendo las actuales!
¡Es que no nos piden nada extraordinario! Nos piden que hagamos lo que ya deberíamos tener hecho y registrado, pero que, por falta de tiempo y formación de muchos de nuestros enfermeros, está abandonado. Pero para conseguirlo no nos dotan de tiempos en nuestra jornada laboral ni de personal adecuadamente formado.
Entonces, ¿tendremos que hacer hora extras para conseguirlo? ¡A mí no me importa! ¡Disfruto! Si no me da tiempo con la consulta diaria, no tengo problema en quedarme alguna tarde. ¡Evidentemente, no nos van a pagar más por esto! ¡En qué cabeza cabe! ¡Y si hace falta, invierto tiempo en enseñar a mi enfermera lo que sea preciso!
Conformándonos con las migajas
Quizás el mayor problema que tenemos en Atención Primaria es que nosotros mismos somos los que menos nos valoramos. A pesar de que la inversión en Primaria es insuficiente, seguimos conformándonos con las migajas que nos dan. Con los años se han ido consiguiendo muy pequeñas mejoras a nivel laboral. Nos vamos haciendo mayores y va mejorando ligeramente nuestra situación (cuando yo empecé, hacía guardias que no libraba y tenía tres días consultas por las tardes).
Cuanto más mayores, más días de libranzas (más trienios). Y con estos caramelitos nos vamos contentando (¿de verdad nadie ha pensado que los días de libranza que tenemos que cubrir entre nosotros es un regalo envenenado?). Y como no vemos luchar a nadie de forma efectiva, nos vamos centrando en mejorar nuestra situación personal y nos olvidamos del todo: LA SANIDAD PÚBLICA.
Nuestra ética y vocación hacen que aceptemos estas propuestas, en vez de exigir tener tiempo y equipos adecuados para la realización de las mismas; y así nunca conseguiremos que nada cambie ni aumente la inversión.
El Escuadrón suicida
Y en la escena final de la película, vemos a Brian crucificado. En ese momento aparece un grupo de hombres armados pertenecientes al Frente del Pueblo Judaico y los romanos huyen. Brian espera ser liberado por estos hombres, pero resulta que son el Escuadrón suicida. Se plantan delante de Brian crucificado y se hacen el harakiri. Otro acto simbólico inútil para liberarse de los romanos sin salvar la vida del protagonista.
Yo no puedo evitar preguntarme: ¿al acceder a hacer todo lo que nos dicen, no nos estamos haciendo el harakiri? ¿No deberíamos exigir que se asigne dentro de nuestra jornada el tiempo adecuado para cada actuación que hacemos? Y de nuevo, ¿no deberíamos exigir trabajar con especialistas en enfermería familiar y comunitaria para poder hacer todo lo que se nos pide?
Sea como sea, incluso crucificado y esperando morir, Brian siempre mira el lado bueno de la vida (always look on the bright side of life).
artículo original de: https://www.saludadiario.es/opinion/pertenezco-al-escuadron-suicida/