¿Obispa iraní para revitalizar la Iglesia anglicana?


¿Una obispa de origen iraní para enderezar la Iglesia anglicana?

Redacción: Carlos Fresneda Londres Corresponsal

Actualizado

Impactante Revelación en la Iglesia Anglicana

«Lo que ha ocurrido debería sacudirnos hasta lo más profundo»… Fue la reacción de la obispa de Chelmsford, Guli Francis-Dehqani, al frente del coro de mujeres de la Iglesia anglicana, tras conocer los abusos perpetrados por John Smyth, el abogado y sádico que durante más de cuatro décadas castigó con su vara y agredió sexualmente a 130 menores, reclutados en su mayoría en campamentos cristianos.

Caída del Arzobispo de Canterbury

El escándalo ha propiciado la caída del arzobispo de Canterbury, Justin Welby, que asumió su «responsabilidad personal e institucional» (fue supervisor de algunos de esos campamentos e intercambió felicitaciones navideñas con Smyth hasta su muerte en el 2018). La Iglesia de Inglaterra entra ahora en un período de penitencia y contrición que se prolongará posiblemente hasta el próximo otoño, con la elección del sucesor o sucesora en medio de las turbulencias.

Posibles Sucesores

Libby Lane fue la primera mujer ordenada como obispa en el 2014, tras un cambio histórico en la ley canónica que acabó con cinco siglos de exclusividad masculina. Guli Francis-Dehqani siguió sus pasos tres años después. Y ahora puede recoger el testigo de Welby como arzobispa de Canterbury, codeándose entre los favoritos con el arzobispo de York, Stephen Cottrell, y el obispo de Leicester, Maryn Snow (y con otras dos mujeres, la obispa de Gloucester, Rachel Treweek, y la prelada de Dover, Rose Hudson-Wilkin, en la lista de candidatos).

Una Historia Personal Única

Guli Francis-Dehqani, de 57 años, destaca por encima de todos y todas por su insólita historia personal. Nacida en Irán, hija del obispo anglicano y de una misionera británica en la era del sha, vio morir asesinado a su hermano mayor cuando ella tenía 14 años durante la revolución islámica y en plena persecución de los cristianos.

Trayectoria Profesional

Llegó al Reino Unido de adolescente como refugiada y su primera querencia en la vida fue el arte y la música. Cumplidos los 20 años y por influencia de su padre, Hassan Dehqani-Tafti, decidió estudiar Teología y Filosofía en la Universidad de Bristol, y dedicó su tesis doctoral a su madre: El feminismo religioso en la era del imperio: las mujeres misioneras en Irán.

Ascenso en la Iglesia Anglicana

A los 33 fue ordenada como decana y poco después como sacerdote en la catedral de Southwark. Concilió sus dos pasiones como capellán en la Real Academia de Música, contrajo matrimonio y en el 2004 obtuvo un permiso para dedicarse al cuidado de sus tres hijos. Volvió a oficiar a tiempo completo en la diócesis de Peterborough y fue elegida como miembro del Sínodo General.

Primera Obispa de una Minoría Étnica

En el 2017 hizo historia como la primera obispa de una minoría étnica de la Iglesia anglicana y su carrera fue en ascenso hasta ser nombrada lord espiritual (son los obispos de la Iglesia de Inglaterra que forman parte de la Cámara de los Lores), y resultar elegida como una de las tres obispas que arroparon al rey Carlos en su coronación.

Defensora de la Justicia Social

Todo ello sin morderse la lengua y rompiendo una lanza por la «justicia social» y por todo lo que aprendió de su padre tras la trágica experiencia personal con el asesinato de su hermano: «Nosotros predicamos el perdón y la reconciliación. Nuestra fe no es nada si no estamos a la altura en tiempos de tribulaciones».

Controversia y Críticas

Guli Francis-Dehqani se ha ganado no pocas críticas por recordar «la pérdida de vidas inocentes en Gaza mientras la comunidad internacional sigue vendiendo armas a Israel«. Reconoce haber sufrido «ataques personales» por defender lo que ella considera como «causas justas» y es consciente de que eso le puede restar los apoyos a la hora de la verdad: «Pude comprobar en mi propia familia que este no iba a ser un camino fácil. Pero es parte del sacrificio cuando sientes la llamada. No hacerlo sería como no asumir mi papel».

artículo original de: https://www.elmundo.es/internacional/2024/11/18/67376bc2e85ece0e478b4590.html

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