Este artículo es un envío de la newsletter de Kiko Llaneras, un boletín para suscriptores de EL PAÍS: apúntate aquí.
¡Buenos días! Hoy os mando una docena de datos curiosos sobre las elecciones en Estados Unidos, en formato telegráfico.
Cuidado con culpar a la abstención
Se está escribiendo, analizando y repitiendo que el republicano ha ganado por cuatro puntos el voto popular —el total de votos a nivel nacional—, pero esa cifra es precipitada: quedan millones de votos por contar. Solo en California, faltan unos seis millones. Según la proyección de The New York Times, Donald Trump ganará efectivamente en votos, pero por uno o dos puntos sobre Kamala Harris.
También frenaría las explicaciones del resultado basadas en participación. Se dice que Harris ha perdido millones de votos, y que por eso sale derrotada. Es un análisis prematuro porque no tenemos todavía todos los votos. La participación definitiva podría ser igual o superior a la de 2020. Paciencia.
Trump no ha arrasado en votos
En 2020, Joe Biden ganó por 4,5 puntos sobre Trump, así que el giro que ha dado el conjunto del país será de unos seis puntos. El cambio es equivalente a que un 3% del censo electoral se mueva de partido.
La sociedad no ha dado un vuelco: hace cuatro años los demócratas ganaron 51% a 47%, mientras que ahora ganan los republicanos 50% a 48%. ¿Por qué se habla entonces de una ola roja? Porque el mapa de Estados se tiñe de rojo, al girarse media docena de territorios, pero no son tantos votos. El número de estadounidenses que votaron demócrata o republicano es realmente parecido al de 2020, y también al de 2016. El poder cambia de manos —mucho poder—, y eso es trascendental, pero exageramos los vaivenes de los votantes.
El resultado no fue una sorpresa
¡Me extraña ver a gente perpleja! Las encuestas —y no digamos ya los mercados de predicción— llevan meses diciendo que había igualdad entre los candidatos o que Trump estaba un paso por delante en sus opciones de ganar la presidencia.
Lo dijimos claramente en nuestro último análisis, publicado bien grande en todas nuestras cabeceras: “Harris y Trump están empatados en opciones de victoria; sin embargo, el resultado no tiene que ser igualado”. De manera contraintuitiva, las olas roja y azul eran los resultados con más probabilidades, por cómo funciona el sistema electoral del país americano. Estos días usaba el símil de lanzar una moneda al aire: no sabes decir si caerá cara o cruz, ¡pero eso no significa que vaya a salir canto! El empate era raro. Como contamos el martes, cuando se simulaban las elecciones, los resultados más probables eran la ola de Trump (23%) o la ola de Harris (16%). Por eso puse Trump 306 votos electorales en la porra del periódico.
En El País no fuimos los únicos que lanzamos esta advertencia. Explicaron cosas similares en The New York Times, ABC News, Forbes o Washington Post. Mucha gente se habrá sorprendido con el resultado, porque no todos tenemos que seguir la actualidad al minuto, pero la información estaba ahí.
¿Qué ha sido de Fredi9999?
Recordaréis que durante la campaña he seguido los pronósticos de Polymarket, la plataforma de predicción basada en tecnología blockchain y criptomonedas, donde miles de personas apuestan pequeñas y grandes cantidades de dinero. También os hablé de Fredi9999, un usuario anónimo que apostó millones a favor de Trump, y cuya actividad podíamos trazar, porque quedaba registrada en la cadena de bloques. Al principio se especuló sobre su identidad, temiendo una conspiración para favorecer al republicano. Pero parece confirmado que era una persona: un trader francés. Fredi9999 movió el mercado con su inyección de millones, en Polymarket y más allá. Sin embargo, el conjunto de apostadores acabó por validar su apuesta, porque no inundaron de liquidez la plataforma para contrarrestar su aparición.
Pues bien, Fredi999 ha salido muy bien parado con su apuesta radical por la victoria de Trump: según cuenta Wall Street Journal, el trader se ha llevado 50 millones de dólares en beneficios.
No exageremos con los mercados de predicción
Durante estos meses he compartido predicciones de tres fuentes: modelos basados en encuestas (como los de The Economist y Nate Silver), mercado de pronosticadores entusiastas sin dinero (Metaculus), y mercados con dinero (Polymarket o Predictit). Valoro los tres métodos y por eso los incluí en nuestro promedio de predicción probabilística. Es absurdo querer elegir entre ellas —porque las puedes combinar—, pero algunos de sus partidarios solo quieren competir para poner su método por encima de los otros.
En esa pelea, el mercado Polymarket ha ganado esta batalla. Le daban un 60% de opciones de victoria a Trump, mientras que los modelos basados en encuestas y Metaculus le daban un 50%. Vaya por delante que celebro que exista un mercado de predicción con suficiente tamaño y liquidez, porque puede ser útil para predecir montones de cosas, desde partidos de fútbol a conflictos políticos, que se escapan de los que puedes tratar de pronosticar con sondeos. Pero los vítores de la propia Polymarket y de sus seguidores están siendo excesivos.
Porque es un error estadístico asumir ahora que Polymarket predice elecciones mejor que Metaculus o que Nate Silver. En realidad, como ha explicado muy bien Scott Alexander en su boletín, aplicando el teorema de Bayes, el juicio que uno tuviese el lunes —antes de las elecciones— sobre la precisión relativa de Polymarket, Metaculus y Nate Silver apenas debería cambiar después de la victoria de Trump. ¿Por qué? ¡Porque 60% y 50% son predicciones parecidas!
Un ejemplo —para los más matemáticos—: supongamos que hace una semana estabas 70% seguro de que Polymarket estaba mal ajustado y que Metaculus lo estaba bien (es decir, que la probabilidad de Trump era realmente 50%). Entonces, sabiendo ahora que ganó Trump, deberías rebajar tu confianza al 66%. En otras palabras, debes actualizar tu juicio, pero solo poco. Y lo mismo al revés: si hace una semana pensabas con seguridad 70% que Polymarket era mejor (y que la probabilidad de Trump era 60% y no 50%), ahora deberías reafirmarte, pero solo hasta estar 74% confiado. ¡En absoluto seguro! Sentimos que después de un acierto deberíamos confirmar nuestras creencias, pero no es cierto, como demuestra esta sencilla pero contraintuitiva ley de la probabilidad.
Además, hay otra clave: los mercados como Polymarket los mueven personas que miran las encuestas. No son realmente alternativas. Si desapareciesen todos los sondeos, los mercados de predicción tendrían un peor comportamiento, porque habrían perdido una fuente de información. La prueba es que cuando se publicaba una encuesta relevante o sorprendente, los números en Polymarket se movían.
El error de las encuestas no fue grande, pero sí es problemático
El error de los sondeos fue normal. Nuestro promedio de encuestas nacionales se cerró con 1 punto de ventaja para Harris, así que su error será de 2,5 o 3 puntos. ¿Es poco o mucho? Es básicamente un error típico. La desviación entre 1984 y 2012 fueron 2 puntos de media. En 2016 fue de 2,2 puntos, y en 2020, pese a “acertar” la victoria de Biden, se equivocaron por 4,5 puntos. ¿Y las encuestas de los Estado clave? En 2024 parece que el error medio será de 2,5 o 3 puntos, según han calculado en The Economist, lo que significa mejorar su error medio de 4,2 puntos desde 1976.
Pero las encuestas de Estados Unidos sí tienen un problema. El peor de todos: han encadenado tres elecciones presidenciales —2016, 2020 y 2024— con fallos en la misma dirección, subestimar a Trump. Además, esta vez se han desviado en el mismo sentido también en cada Estado, prácticamente, lo que refuerza la tesis del error sistémico. Los encuestadores se pueden defender recordando que en las elecciones de mitad de mandato de 2022 subestimaron a los demócratas, pero creo que es insuficiente. La pregunta es evidente: ¿Por qué se subestima a Trump?
Luego hay fallos más sonados. La reputada encuestadora Ann Selzer causó revuelo la semana pasada con su encuesta final en Iowa —su especialidad— que le daba la victoria a Harris por tres puntos. Al final, Trump ganó ese Estado por 13 puntos. Ese no es un error normal, sino un varapalo para sus métodos.
—
PS. Os dejo otros dos artículos del equipo donde analizamos las elecciones. Primero contamos los avances del republicano entre los votantes por edad, sexo, raza y renta: «¿Quiénes han votado a Trump?». Al día siguiente, Almudena Á. Herrerías puso la lupa en una de las grandes claves: «El giro de los latinos hacia Trump».
¿Me ayudas? Reenvía esta newsletter a quién quieras, y si no estás suscrito, apúntate aquí. Es un boletín exclusivo para suscriptores de EL PAÍS, pero cualquiera puede recibirlo durante un mes de prueba. También puedes seguirme en Twitter, en @kikollan, o escribirme con pistas o comentarios, a kllaneras@elpais.es.
artículo original de: https://elpais.com/actualidad/newsletter-kiko-llaneras/2024-11-09/seis-datos-de-la-victoria-de-trump-encuestas-falsas-sorpresas-y-millonarios-en-cripto.html