Estos futuros coches eléctricos podrían tirar abajo, literalmente, la gran tendencia actual del mercado, si el mercado quiere


En los últimos años, el mercado automotriz ha experimentado una transformación significativa gracias a la creciente popularidad de los vehículos eléctricos (VE). Esta tendencia ha sido impulsada no solo por los avances tecnológicos, sino también por una mayor conciencia sobre la necesidad de reducir las emisiones de carbono y adoptar prácticas más sostenibles. Sin embargo, hay indicios de que una nueva generación de coches eléctricos podría cambiar radicalmente la dirección del mercado actual, siempre y cuando los consumidores estén dispuestos a aceptar estos cambios.

El auge de los vehículos eléctricos


Para entender el posible impacto de estos futuros coches eléctricos, es esencial primero echar un vistazo al contexto actual. En la última década, compañías como Tesla, Nissan, y Chevrolet han liderado el camino en la producción de VE, ofreciendo modelos que combinan eficiencia energética, rendimiento y diseño atractivo. La adopción de estos vehículos ha sido alentada por incentivos gubernamentales, la expansión de la infraestructura de carga y una mayor disponibilidad de modelos en diferentes rangos de precios.

A medida que más consumidores optan por vehículos eléctricos, las ventas globales de VE han aumentado exponencialmente. Según la Agencia Internacional de Energía (AIE), el número de coches eléctricos en las carreteras del mundo superó los 10 millones en 2020, y se espera que esta cifra continúe creciendo a un ritmo acelerado en los próximos años.

Innovación en la tecnología de baterías


Uno de los mayores desafíos que han enfrentado los fabricantes de VE es la limitación de las baterías, tanto en términos de capacidad como de tiempo de carga. Sin embargo, recientes avances en la tecnología de baterías prometen resolver estos problemas. Empresas como QuantumScape y Solid Power están desarrollando baterías de estado sólido que podrían ofrecer una mayor densidad energética, tiempos de carga más rápidos y una vida útil más prolongada que las baterías de iones de litio actuales.

Estas innovaciones podrían hacer que los futuros coches eléctricos sean más atractivos para una gama más amplia de consumidores. Imagínese un coche eléctrico que pueda cargarse completamente en solo 15 minutos y ofrecer una autonomía de más de 800 kilómetros con una sola carga. Estos avances no solo mejorarían la experiencia del usuario, sino que también reducirían la "ansiedad por la autonomía", un factor que ha sido una barrera significativa para la adopción masiva de VE.

Cambios en el diseño y la funcionalidad


Los futuros coches eléctricos no solo serán más eficientes en términos de energía, sino que también podrían presentar cambios revolucionarios en su diseño y funcionalidad. La eliminación del motor de combustión interna y otros componentes mecánicos tradicionales permite a los diseñadores de automóviles reimaginar la arquitectura del vehículo.

Por ejemplo, algunos prototipos de VE presentan interiores más espaciosos y modulares, con asientos que se pueden reconfigurar fácilmente para diferentes necesidades. Además, la integración de tecnologías avanzadas de conducción autónoma y sistemas de inteligencia artificial podría transformar la experiencia de conducción, haciendo que los vehículos sean no solo más eficientes, sino también más seguros y cómodos.

Impacto en el mercado automotriz


Si estos futuros coches eléctricos logran cumplir con sus promesas, podrían tener un impacto significativo en el mercado automotriz. En primer lugar, podrían acelerar aún más la transición hacia la movilidad eléctrica, reduciendo la demanda de vehículos con motor de combustión interna. Esto, a su vez, podría tener implicaciones para la industria del petróleo, ya que una menor demanda de gasolina y diésel podría afectar a los precios del petróleo y la economía global en general.

Además, la adopción masiva de estos vehículos podría impulsar el desarrollo de nuevas infraestructuras, como estaciones de carga ultrarrápidas y redes de energía más inteligentes. También podría fomentar la creación de nuevas oportunidades de negocio en áreas como el reciclaje de baterías y la producción de energía renovable.

Desafíos y consideraciones


A pesar de las promesas y el potencial de estos futuros coches eléctricos, también es importante reconocer los desafíos que podrían surgir. Uno de los principales obstáculos es el costo. Aunque se espera que las nuevas tecnologías de baterías reduzcan los costos a largo plazo, el desarrollo inicial y la producción de estas baterías de estado sólido podrían ser significativamente más caros que las tecnologías actuales.

Además, la infraestructura de carga sigue siendo una preocupación importante. Aunque se están haciendo progresos en la expansión de estaciones de carga, especialmente en áreas urbanas, las regiones rurales y menos desarrolladas podrían quedarse atrás, lo que limitaría la adopción generalizada de VE.

La aceptación del mercado


Finalmente, el éxito de estos futuros coches eléctricos dependerá en gran medida de la aceptación del mercado. Los consumidores deberán estar convencidos de que los beneficios superan los costos y las posibles inconveniencias. Las campañas de educación y concienciación serán cruciales para ayudar a los consumidores a entender las ventajas de la nueva tecnología y cómo puede mejorar sus vidas.

En conclusión, los futuros coches eléctricos tienen el potencial de transformar el mercado automotriz de maneras que apenas podemos imaginar. Con avances en la tecnología de baterías, cambios en el diseño y la funcionalidad, y un impacto significativo en la industria y la infraestructura, estos vehículos podrían tirar abajo, literalmente, la gran tendencia actual del mercado. Sin embargo, su éxito final dependerá de la aceptación y el entusiasmo de los consumidores, quienes tendrán la última palabra en esta emocionante evolución.

Estos futuros coches eléctricos podrían tirar abajo, literalmente, la gran tendencia actual del mercado, si el mercado quiere

Si uno piensa en Toyota, pensará irremediablemente en sus coches híbridos, popularizándolos desde principios del siglo XXI con aquellos Prius de primera y segunda generación. Ahora bien, aunque no ha avanzado tanto en el mercado de coches eléctricos, las ideas que tiene Toyota pueden revolucionar el mercado y desafiar completamente la lógica que tenemos hoy día. De hecho, desafían totalmente las tendencias actuales del mercado.

Los prototipos que adelantan un futuro diferente para los coches eléctricos

A principios de 2023, en el Salón de Tokio, Lexus presentó sus prototipos LF-ZC y LF-ZL, un coupé y un crossover. Ambos tienen un lenguaje de diseño arriesgado, algo a lo que Lexus nos tiene acostumbrados, así como el objetivo de llegar al mercado para 2026 con un coeficiente aerodinámico de 0,2. Quizás no sea tan evidente en el caso del crossover, pero sí en el ZC.

Ambos coches se caracterizan por una línea de cintura baja y una posición de conducción baja, de manera que la respuesta de conducción se optimiza (Automotive News Europe). De hecho, hasta se podrían ver las rodillas de un peatón que se sitúe frente al morro del coche. ¿Cómo es esto posible en un coche eléctrico? Pues he aquí el gran reto, casi la gran rebelión que Toyota plantea a la industria de la automoción.

Hacia la carretera, en vez de levantarlos más, es la idea de Toyota/Lexus

Y es que los SUV, si se comparan con coches con una línea de cintura baja (como deportivos o compactos prestacionales) son enormes – desde la posición de conducción, es como si un oriental promedio se abriese paso ante un pueblo holandés o escandinavo. Nos hemos acostumbrado a líneas elevadas, a conducir sobre el coche en vez de ir dentro. Esto va a más en el caso de coches eléctricos, para poder alojar baterías de gran tamaño y peso en la parte baja de los vehículos.

Esto no sólo incrementa el peso hacia niveles astronómicos como hemos visto con varios modelos recientes, sino que al ser más altos, hace que respondan con más ‘vagancia’ (salvo casos de conjuntos muy rígidos sacrificando confort, aunque hay casos de SUV premium donde la respuesta sí está muy conseguida), además de aumentar el agujero de aire con el que el coche penetra de manera que el coeficiente aerodinámico es peor – afectando al consumo y, en casos de coches de combustión, a las emisiones. La búsqueda de amplitud ha llevado a coches más anchos además de enormes superficies frontales, lo que aumenta aún más esta cuestión aerodinámica.

El gran reto, crear baterías y sistemas de propulsión compactos

Noticias de Chile - Mediatribu

La propuesta de Toyota y Lexus sería viable si y solo si se desarrollan baterías más delgadas, con una mayor densidad de potencia y que pudieran ofrecer potencia y autonomía en un espacio más compacto. Si el desarrollo fuera el previsto, estas baterías podrían estar en 2026, permitiendo la existencia de coches eléctricos con más dinamismo y más compactos, sin alargarse los extremos al poder reducir el espacio para el inversor y demás componentes mecánicos.

Evidentemente, una cosa es crear sistemas más compactos para hacer que los vehículos eléctricos no tengan que ser tan altos…y otra cosa es cambiar las tendencias del mercado, los gustos de los compradores que se han acostumbrado a conducir a más de medio metro sobre el suelo. Ahora bien, una tendencia de coches más pequeños, ligeros (literalmente, la propuesta de Suzuki para su futuro) y que requieran baterías más compactas sí podría llevar potencialmente a un camino más sostenible para la industria.

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