Audi en plena transformación: nuevos modelos y separación de motorizaciones
Audi está en pleno proceso de no solo renovar su gama, sino también de establecer un nuevo orden para la perfecta separación entre coches eléctricos y coches de combustión. Un claro ejemplo de ello son el nuevo Audi A5 y el recién presentado Audi Q5. Este último, siguiendo con el nuevo patrón en el que los modelos de número impar son de combustión, se renueva no solo con nueva estética y habitáculo, sino también con una gama mecánica en la que el diésel sigue siendo el inequívoco protagonista.
Este SUV totalmente nuevo dice «sí» al diésel en pleno 2024
Antes de adelantar acontecimientos, es necesario señalar el importante cambio que ha experimentado el Q5 respecto a su anterior generación. Aquí nos encontramos con una línea inspirada en lo ya visto en los Audi Q6 e-tron y Audi A5, siendo este último con el que mayor parentesco guarda al tratarse de su versión SUV.
Por delante nos encontramos con una nueva parrilla singleframe, unos faros LED y una defensa más abrupta y marcada. El lateral ofrece llantas comprendidas entre las 19 y las 21 pulgadas, mientras que la zaga hace gala de unos pilotos LED unidos entre sí y, siguiendo con lo prometido por Audi tras la llegada del A5, una defensa en la que se integran escapes reales independientemente de la versión.
No obstante, más espectacular resulta el habitáculo del nuevo Audi Q5, donde ahora se asientan hasta tres pantallas. En todos los casos nos encontramos con un cuadro de mandos digital de 11,9 pulgadas y con una pantalla central de 14,5 pulgadas, mientras que en opción es posible añadir una tercera pantalla de 10,9 pulgadas para el acompañante.
Una oferta mecánica que nada a contracorriente
Sea como fuere, el punto álgido del Audi Q5 reside en su oferta mecánica. Y es que, lejos de amedrentarse ante los cambios en la normativa, la firma de los cuatro aros se ha adaptado para poder seguir ofreciendo el que posiblemente sea el combustible más lógico para un coche como el Q5: el diésel.
El SUV de Audi parte de la plataforma PPC y se asienta, de momento, con tres opciones mecánicas: dos gasolina y una diésel. Empezando por el primer grupo, nos encontramos con el archiconocido 2.0 TFSI, un motor de cuatro cilindros y sobrealimentado por turbo que ofrece 204 CV y 340 Nm de par.
Este propulsor cuenta con la tecnología MHEV plus -así como el resto de motores-, lo que le otorga la etiqueta ECO de la DGT. Además, sus clientes podrán optar tanto por un sistema de tracción delantera como de tracción total quattro.
El segundo propulsor gasolina lo encontramos en el Audi SQ5, variante deportiva que hace gala de un V6 de 3.0 litros -también turbo- que desarrolla 367 CV y 550 Nm de par, motor que también cuenta con la etiqueta ECO de la DGT.
Pero más interesante resulta, seguramente, el motor 2.0 TDI, un propulsor de cuatro cilindros turbo que produce 204 CV y 400 Nm de par. Este tan solo se asocia con el sistema quattro, cuenta igualmente con la etiqueta ECO de la DGT y, en los escenarios más favorables, se podrán ver autonomías de 1.000 kilómetros.
Más adelante llegarán versiones PHEV con su correspondiente etiqueta CERO y con una autonomía en modo eléctrico estimada superior a los 100 kilómetros. Mientras tanto, Audi ha anunciado que los pedidos del nuevo Q5 se abrirán a lo largo del mes de septiembre, llegando así las primeras unidades durante el primer trimestre de 2025.
Las alternativas del Audi Q5
BMW X1 Híbrido
55.250 €
Mercedes GLA Híbrido
55.550 €
Skoda Kodiaq híbrido
49.560 €
El Mercedes-Benz GLB es el SUV de siete plazas más pequeño de la firma. Estamos ante un producto que destaca por su posicionamiento premium, su alta carga tecnológica y por contar con una gama mecánica bastante completa. Sin embargo, su precio de adquisición más elevado que el de sus rivales no está justificado ni por calidades ni por tener motores únicos, perdiendo atractivo frente a otras opciones más asequibles.
Range Rover Evoque
50.900 €
