El sesgo cognitivo detrás de las pseudociencias y mitos
La ilusión cognitiva es una de las principales bases que sustentan las pseudociencias y muchos de los mitos populares. «Es similar a una superstición y se mantiene esa sensación de que la relación es causal, cuando en realidad no ha tenido nada que ver», declara a SINC Helena Matute, catedrática de psicología de la Universidad de Deusto, en Bilbao, y directora del estudio.
En colaboración con Naroa Martínez, Fernando Blanco e Itxaso Barberia, de las universidades de Deusto, Granada y Barcelona, respectivamente, Matute ha publicado un estudio en la revista Royal Society Open Science. En este trabajo, describen cómo una intervención educativa sobre metodología científica puede reducir eficazmente esta ilusión cognitiva a largo plazo.
La ilusión de causalidad y su impacto
Matute explica que «la ilusión de causalidad es un sesgo cognitivo que consiste en creer que existe una relación causal entre hechos que no están relacionados causalmente. Este sesgo está asociado a la pseudociencia, los estereotipos, el extremismo ideológico y muchas otras creencias injustificadas y perjudiciales. Por lo tanto, es importante desarrollar intervenciones educativas para reducir esta ilusión, idealmente durante los años escolares, con el fin de proteger a las personas contra ella».
Aplicación a gran escala
El proyecto, impulsado por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) y bajo la dirección científica del equipo investigador, involucró a más de 40 centros de secundaria y más de 2,000 adolescentes. Estos participaron en un taller de metodología y pensamiento científico, seguido de una prueba de evaluación, de poco más de una hora y media de duración en total. «El trabajo incluyó un estudio piloto, una aplicación a gran escala y un seguimiento a los seis meses», apunta la investigadora.
Los resultados mostraron efectos duraderos en la reducción de las ilusiones causales y también demostraron que la intervención puede aplicarse a gran escala a través del sistema educativo. «Algo que la convierte en una herramienta óptima para inmunizar a las poblaciones a una edad temprana y protegerlas de las pseudociencias y otras creencias y prácticas perjudiciales», señala la científica.
El 78% del alumnado mostró una ilusión causal más reducida, en comparación con el grupo de control establecido, que no había realizado aún la intervención. Esta reducción se mantuvo en el tiempo, ya que pasados seis meses, un 66% de los alumnos que habían realizado la intervención en el estudio inicial seguían mostrando menos ilusión de causa-efecto.
Alumnado más escéptico, más crítico
Matute destaca que «la acogida ante esta actividad por parte de los estudiantes fue muy buena. Es una actividad diferente de las del día a día, en la que pasan un buen rato. Se hacen preguntas y aprenden que pueden y deben cuestionarse las cosas. Necesitan saber que son vulnerables, que se les puede engañar fácilmente. ¡Nosotros lo hicimos, y luego se lo demostramos!»
El propósito de la práctica era hacerles saber que para detectar cuál es la causa real de algo, no vale con la experiencia y sensación subjetiva que les produce, sino que deben hacer experimentos y controlar las variables con sumo cuidado, o en su defecto, fiarse de los científicos que hacen esos experimentos.
«Los jóvenes necesitan aprender la importancia del método científico y el control de variables y, sobre todo, desarrollar una actitud científica que los lleve a ser más escépticos, más críticos. Incluso aunque nunca vayan a dedicarse a la ciencia, interiorizar bien estos principios y esta forma de pensar es muy necesario en la vida. Esperamos que este tipo de intervenciones se traduzcan en ciudadanos mejor protegidos contra fraudes, que es de lo que se trata», concluye Matute.
Referencia:
Martínez, N., Matute, H., Blanco, F., & Barberia, I. A large-scale study and six-month follow-up of an intervention to reduce causal illusions in high school students. Royal Society Open Science.
Fuente: SINC