Starmer y Scholz anuncian un nuevo tratado bilateral para dejar atrás la era Brexit



En un esfuerzo por redefinir las relaciones entre el Reino Unido y Alemania tras los turbulentos años de Brexit, el líder laborista británico, Keir Starmer, y el canciller alemán, Olaf Scholz, han anunciado un nuevo y ambicioso tratado bilateral. Este acuerdo, que promete marcar un hito en la cooperación entre ambos países, tiene como objetivo no solo reparar las fisuras causadas por la salida del Reino Unido de la Unión Europea, sino también establecer una base sólida para una colaboración futura más estrecha y fructífera.

Un nuevo capítulo en las relaciones anglo-germanas



El tratado, que ha sido objeto de negociaciones discretas durante varios meses, aborda una amplia gama de áreas, desde el comercio y la inversión hasta la seguridad y la cooperación científica. Este amplio espectro de temas refleja la intención de ambos líderes de no limitarse a resolver las consecuencias inmediatas del Brexit, sino de sentar las bases para una relación que pueda resistir las pruebas del tiempo y los cambios políticos.

Impulso económico mutuo



Uno de los pilares del nuevo tratado es el fortalecimiento de los lazos comerciales y económicos. Las tensiones comerciales post-Brexit han sido una preocupación constante para las empresas en ambos lados del Canal de la Mancha. Con este acuerdo, se busca facilitar el flujo de bienes y servicios, reducir las barreras arancelarias y burocráticas, y fomentar un clima de inversión más positivo. Tanto Starmer como Scholz han subrayado la importancia de crear un entorno de negocios estable y predecible que beneficie a las economías de ambos países.

Cooperación en seguridad y defensa



En el ámbito de la seguridad, el tratado propone una mayor cooperación en la lucha contra el terrorismo y el crimen organizado, así como en la defensa cibernética. La colaboración en estas áreas es vista como crucial para enfrentar las amenazas globales que no respetan fronteras nacionales. Además, se contempla la posibilidad de realizar ejercicios militares conjuntos y compartir inteligencia, lo cual fortalecería la capacidad de respuesta de ambos países ante situaciones de crisis.

Innovación y ciencia al frente



Otro aspecto destacado del tratado es la promoción de la innovación y la investigación científica. El acuerdo prevé la creación de fondos conjuntos para proyectos de investigación, especialmente en áreas como la tecnología verde, la inteligencia artificial y la biomedicina. Esta colaboración pretende no solo impulsar el avance científico, sino también fomentar el intercambio de conocimientos y talentos entre ambos países.

Una visión compartida para el futuro



Tanto Starmer como Scholz han enfatizado que este tratado no se trata únicamente de rectificar los efectos negativos del Brexit, sino de mirar hacia el futuro con una visión compartida. Durante la rueda de prensa conjunta, Starmer aseguró que «este acuerdo representa un nuevo comienzo, una oportunidad para construir una relación basada en la confianza, el respeto mutuo y los intereses compartidos». Por su parte, Scholz destacó que «Alemania y el Reino Unido siempre han sido socios importantes, y con este tratado, reafirmamos nuestro compromiso de trabajar juntos por un futuro mejor».

Reacciones y expectativas



La noticia del tratado ha sido recibida con una mezcla de optimismo y escepticismo. Los sectores empresariales y académicos han mostrado su apoyo, destacando las oportunidades que el acuerdo podría generar. Sin embargo, algunos críticos han señalado que aún quedan muchas incógnitas por resolver, especialmente en lo que respecta a la implementación práctica de las nuevas políticas y los desafíos que podrían surgir en el camino.

Un camino por recorrer



A pesar del entusiasmo inicial, tanto el Reino Unido como Alemania deberán enfrentar numerosos desafíos para que este tratado se traduzca en beneficios tangibles. Las diferencias políticas y económicas, así como las complejidades inherentes a la cooperación internacional, requerirán un enfoque cuidadoso y una voluntad constante de diálogo y ajuste.

Conclusión



El anuncio del nuevo tratado bilateral entre el Reino Unido y Alemania marca un momento significativo en la historia reciente de ambos países. Si bien el Brexit ha dejado una huella profunda, este acuerdo tiene el potencial de abrir un nuevo capítulo basado en la colaboración y el progreso compartido. Solo el tiempo dirá si estas promesas se cumplirán plenamente, pero por ahora, el tratado representa una luz de esperanza en el horizonte de las relaciones internacionales post-Brexit.
EL PAÍS

Alemania siempre fue, durante los duros años del Brexit, el asidero al que se aferraban los gobiernos británicos para evitar que la relación entre el Reino Unido y la UE naufragara por completo. La canciller Angela Merkel fue la primera en enviar a Londres claras señales de su voluntad de iniciar un nuevo capítulo en las relaciones de ambos países, y su sucesor, Olaf Scholz, ha recibido este miércoles en Berlín al primer ministro británico, Keir Starmer como al hijo pródigo al que ya se puede agasajar. “Queremos intensificar nuestras relaciones, y que esto no se quede en meras declaraciones, sino en el inicio de una senda completamente nueva”, ha anunciado Scholz en la rueda de prensa conjunta. “En los próximos meses, vamos a trabajar en un tratado [bilateral] que abarque todo el arco de esas relaciones. Nunca había existido un tratado así entre el Reino Unido y Alemania”, ha querido resaltar el canciller.

Starmer lleva casi dos meses como primer ministro, y su principal esfuerzo en política exterior se centra en construir buena voluntad a ambos lados del canal de la Mancha. Ya comenzó sus primeros gestos de acercamiento al resto de líderes europeos el pasado 18 de julio en el palacio de Blenheim, cuando el Reino Unido acogió la IV Cumbre de la Comunidad Política Europea.

Con el canciller Scholz se ha reunido ya en cinco ocasiones, contando esta visita. Entre ambos líderes, que pertenecen a la misma familia política socialdemócrata, existe una buena sintonía que juega a favor del propósito reconciliador de Starmer. “El nuevo tratado entre el Reino Unido y Alemania supone una oportunidad que solo se da en una generación, una oportunidad para favorecer a las clases trabajadoras británicas y alemanas, un testamento del alcance y la profundidad de nuestra relación”, ha anunciado el primer ministro, con una retórica algo exagerada y poco acompañada de detalles concretos. El nuevo acuerdo abarcará ámbitos como la ciencia, la tecnología, el desarrollo, la cultura, el comercio y las personas, promete Starmer, y estará listo a finales de este año.

Pero, al mismo tiempo, el dirigente británico reitera, cada vez que se le pregunta, que el Reino Unido ha pasado la página del Brexit. No hay apetito para volver al club comunitario, dice, ni para reincorporarse a su mercado interior o a su espacio aduanero común. Ni siquiera hay voluntad, por parte de Londres, para estudiar la recuperación de un plan de movilidad juvenil que permita recuperar el intercambio de personas entre la isla y el continente, con permisos limitados de estudios o empleo para los menores de 30 años, como persiguen muchos países de la UE.

Menos contactos

El canciller Scholz ha reiterado esta petición a su homólogo durante la comparecencia conjunta: ”Los contactos entre alemanes y británicos han descendido drásticamente después del Brexit y de la pandemia. Queremos cambiar eso”, ha dicho.

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El líder alemán también ha definido al Reino Unido como un “socio indispensable”, pero ha evitado que pudiera transmitirse la idea de que la bilateralidad celebrada durante la visita fuera un modo de esquivar la necesaria relación entre Londres y Bruselas. “Con el acuerdo de retirada, el protocolo de Irlanda, el acuerdo marco de Windsor y el acuerdo de comercio y cooperación [los cuatro tratados internacionales que sellaron el Brexit] tenemos un marco legal confiable que necesitamos desarrollar plenamente”, ha señalado Scholz.

Starmer es consciente de que las capitales comunitarias tienen pocas ganas de reabrir unos tratados cuya conclusión costó sangre, sudor y lágrimas. El nuevo Gobierno laborista se aferra a la posibilidad de mejorar aspectos técnicos del acuerdo comercial con la UE cuando se abra el plazo de su revisión, previsto para 2025, pero Bruselas ya ha dejado claro que esa ventana se previó para corregir o mejorar lo ya acordado, no para renegociar su contenido.





El canciller alemán Olaf Scholz, junto al primer ministro británico Keir Starmer, este miércoles. Markus Schreiber (AP)

Cooperación en defensa

La visita de Starmer, que incluye Berlín y París, es un paso más en la reconstrucción de relaciones a la que se ha comprometido el primer ministro británico. “Es una oportunidad en una generación para reiniciar nuestra relación con Europa. Debemos pasar la página del Brexit y recomponer las relaciones rotas que dejó atrás el anterior Gobierno [británico]”, ha prometido.

La estrategia del Partido Laborista para tender puentes con la UE que permitan, más adelante, aspirar a mejoras económicas o comerciales, se diseñó antes incluso de su victoria electoral del pasado 4 de julio. El equipo de Starmer está convencido de que una cooperación estrecha de Londres con el resto de gobiernos comunitarios en materia de defensa será la vía más rápida hacia una normalización de las relaciones. Starmer y Scholz han expresado su completa sintonía respecto al apoyo a Ucrania, en defensa del derecho de Israel a defenderse, dentro del marco de la legalidad internacional, o en la necesidad de impulsar un futuro estado palestino.

Ambos dirigentes han anunciado los trabajos conjuntos en un nuevo acuerdo bilateral en materia de defensa, negociado en paralelo al tratado dado a conocer este miércoles.

El primer ministro británico es consciente, como lo era su predecesor conservador, Rishi Sunak, de que necesita a los países europeos y a la UE para hacer frente a un desafío que comparten todos ellos, incluido el Reino Unido: la inmigración irregular. Starmer y Scholz han acordado la elaboración de un plan conjunto para compartir inteligencia y recursos en esta materia.

El canciller, muy presionado por la oposición para endurecer las leyes migratorias tras el atentado que el viernes pasado provocó tres muertes a manos de un refugiado sirio, ha aprovechado la rueda de prensa conjunta para anunciar que se sentará con el líder de la CDU a estudiar nuevas medidas. “No vamos a hacer como si nada hubiera pasado; sacaremos las lecciones que sean necesarias”, ha afirmado. Scholz ha recordado que las entradas irregulares ya se han reducido un 20% en los últimos meses, desde que se pusieron en marcha controles fronterizos, pero ha reconocido que no es suficiente.

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