Preocupante Uniformidad en los Medios de Comunicación Chilenos
José Luis Córdova. Periodista. “El Siglo”. Santiago. 8/2024. Los medios de comunicación chilenos -incluida, por cierto, la televisión– exhiben una preocupante uniformidad que atenta contra el pluralismo y la democracia. Esta preocupación radica no solo en la propiedad de estos medios, controlada por grupos económicos y empresas transnacionales, sino también en cómo afecta las libertades de expresión, opinión y prensa.
Las pautas programáticas de los noticieros y espacios periodísticos coinciden sospechosamente en sus énfasis noticiosos, creando una especie de carrusel informativo que repite noticias hasta cansar a los televidentes, así como a desprevenidos lectores o auditores de otros medios.
Hasta hace unas semanas, las noticias principales se centraban en la situación en Venezuela, superando así el tiempo dedicado anteriormente a la guerra de Israel contra Palestina y, antes, a la intervención rusa en Ucrania. Asimismo, la contienda presidencial norteamericana se había enfocado en el presunto triunfo de Donald Trump y el desprestigio del actual mandatario Joe Biden. No obstante, con la llegada de la vicepresidenta Kamala Harris, el foco informativo cambió. Libardo Buitrago, Carlos Zárate y otros jóvenes colegas no han asumido que, para el complejo militar industrial norteamericano y los grandes consorcios monopólicos, resulta indiferente si el jefe de Estado en la Casa Blanca es republicano o demócrata.
Enfoques Locales y la Agenda Comunicacional
A nivel local, la delincuencia, el narcotráfico y el crimen organizado dominan la agenda comunicacional desde los inicios del Gobierno de Gabriel Boric. Otros contenidos buscan resaltar diferencias y disputas entre los partidos gobernantes, sacando declaraciones de contexto o encontrando las más encendidas entre aliados oficialistas que conservan su autonomía en democracia.
Ninguna de estas informaciones, verdaderamente trascendentes, puede omitirse o ignorarse, pero los enfoques unilaterales contradicen la esencia del periodismo y el derecho a la información, que deben incluir diferentes miradas y posturas para que el público se forme su propia opinión.
La Aparición de Opinólogos y Reportajes Sensacionalistas
Han surgido verdaderos Catones, “opinólogos” de diversos perfiles y “expertos politólogos” con oscuros propósitos diseñados entre los propietarios de los medios y el gran empresariado nacional, que se transmiten a través de voceros “populares” y empáticos con la teleaudiencia.
Los publicitados “reportajes”, “exclusividades” y el alicaído Informe Especial se circunscriben a denuncias de los clásicos “loteos brujos”, estafas en viviendas, líos entre vecinos y las consecuencias de secuestros, desapariciones, atropellos, portonazos y encerronas.
El problema no es que estas situaciones no sean noticias, sino la insistencia, el sensacionalismo, el morbo y la espectacularidad como valores añadidos a cada uno de estos acontecimientos. Informar de manera repetitiva sobre estos temas no reduce la delincuencia, ni aumenta la efectividad de las fuerzas policiales.
La Manera en que los Medios Abordan la Seguridad
Los canales de televisión parecen partidarios de la “mano dura”, como claman figuras como Rodrigo Sepúlveda, Iván Núñez, Gonzalo Ramírez y Monserrat Álvarez. Mientras tanto, periodistas como Julio César Rodríguez, Ramón Ulloa, Juan Manuel Astorga y la mismísima Mónica Rincón aún conservan cierto recato y no se atreven a exigir la intervención militar o el estado de excepción en la región Metropolitana.
Todo el mundo sabe que la demanda de sacar a los militares a la calle -quienes no están preparados para guardar el orden, sino para eliminar a los enemigos- puede terminar en masacres. Los canales de televisión muestran incidentes donde carabineros de franco, suboficiales del Ejército jubilados y personeros de la PDI se ven envueltos en confusos y brutales incidentes, ejerciendo su poder de “gatillo fácil” con saldo de muertos y heridos, incluidos niños y otras personas inocentes.
La Sofisticación del Crimen y el Rol de la Televisión
El hampa se ha sofisticado, y el crimen organizado y transnacional, junto con delitos como el sicariato, el secuestro extorsivo y las torturas, no solo son pasto del sensacionalismo televisivo, sino una lacra que no se extirpa de ninguna sociedad en los tiempos que corren.
La televisión tiene la misión y visión de formar opinión, abrir debates, investigar con seriedad y no abanderarse con posturas de sectores políticos interesados en imponer sus ideas por sobre soluciones reales y eficaces ante tamañas amenazas a la sana convivencia.