La reciente noticia que parece sacada de una cinta de ciencia ficción ha puesto a Venezuela en el ojo del huracán. Con una serie de eventos que parecen extraídos de una temporada inédita de CSI Caracas, el país se encuentra sumergido en una farsa política y tecnológica sin precedentes.
Un grupo de supuestos peritos del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Venezuela han sido capturados en video, abriendo cajas y sobres ataviados con trajes de laboratorio, como si estuvieran manejando material radiactivo. En estas escenas, los expertos se mueven de forma robótica, pero casi todo a su alrededor falla. Los ordenadores que deberían demostrar la existencia de un cibergolpe de Estado, según el gobierno, no están conectados a ninguna red, las hojas que manejan están en blanco y los ratones de los equipos informáticos están sin desenrollar.
En los videos hechos públicos por el sistema de propaganda revolucionario, estos expertos aparecen moviéndose de manera rígida y mecánica, como si fueran robots. Sin embargo, prácticamente todo a su alrededor falla. Los ordenadores que deberían demostrar la existencia de un ciberataque de Estado no están conectados a ninguna red, las hojas que manejan están en blanco y los ratones de los ordenadores sin desenrollar.
El objetivo de este espectáculo revolucionario es que el TSJ emita una sentencia en la que valide los resultados gubernamentales de las elecciones del 28 de junio, en las que se declara el «triunfo» de Nicolás Maduro, a pesar de que las actas electorales muestran que perdió por cuatro millones de votos. Expertos y juristas consultados por El Mundo aseguran que la sentencia es inminente.
El TSJ, que ha fallado a favor de la revolución durante dos décadas y se ha convertido en el principal martillo contra la oposición, ha convocado a las partes al proceso, pero estas no han tenido acceso al expediente. No sólo la oposición democrática, representada por el ganador de las elecciones, Edmundo González Urrutia, y por el ex vicepresidente del CNE, Enrique Márquez, sino también el resto de los partidos políticos.
El jurista Nizar El Fakih, experto en Derecho Internacional, ha detallado para El Mundo que las partes desconocen el contenido del recurso presentado, desconocen en qué consiste exactamente el peritaje que ha anunciado el TSJ, desconocen quiénes son los peritos o expertos técnicos que se han designado para hacer el supuesto peritaje y no han tenido oportunidad legal de hacer ningún control sobre el procedimiento.
Además, el Consejo Nacional Electoral (CNE) no ha divulgado los resultados discriminados por centro electoral y por mesa de votación, lo cual, según El Fakih, invalida el proceso en el TSJ por violar los principios más elementales del debido proceso.
La farsa revolucionaria del chavismo busca legitimar a Maduro con esta farsa judicial y asestar un nuevo golpe contra la esperanza del país. Pero la oposición democrática se reserva una carta bajo la manga: la reaparición del rector del CNE Juan Carlos Delpino, actualmente en paradero desconocido.
Este escenario parece una película de serie B sobre alienígenas, pero es la realidad política de Venezuela. Todo parece indicar que la justicia, la democracia y la verdad se están convirtiendo en víctimas de una farsa revolucionaria orquestada por el gobierno de Maduro. Sin embargo, la última palabra aún no está dicha, y la oposición sigue luchando por sus derechos y por la transparencia electoral.