Israel realiza uno de sus ataques más mortíferos en Líbano en medio de conversaciones de cese al fuego en Gaza | Internacional

EL PAÍS

En medio de un alto el fuego en Gaza con más en juego que nunca y el secretario de EE UU, Antony Blinken, en camino a Tel Aviv, el ejército israelí ha realizado un ataque devastador. El pasado sábado, se informó que diez personas, todos civiles sirios, fueron asesinadas en una fábrica de cemento en la zona industrial de Wadi al Kfur, en el sur de Líbano. Según los servicios sanitarios, este ha sido uno de los bombardeos aéreos más mortíferos de Israel en su guerra de baja intensidad con Hezbolá.

La implacable violencia se produce en paralelo a la invasión de Gaza que no ha dado respiro a su pueblo. En las últimas 48 horas, Gaza registró su primer caso de polio en 25 años, debido a las terribles condiciones humanitarias. Israel ha reducido la denominada “zona humanitaria” al 11% del territorio, ha matado a 15 miembros de una familia (nueve de ellos niños) en un almacén que albergaba a desplazados y ha ordenado nuevos desplazamientos, que se han convertido en una rutina semanal.

Entre los muertos en Líbano se encuentran el conserje de la fábrica, su esposa y sus dos hijos, así como trabajadores sirios de los equipos de defensa civil y ambulancias. Cinco personas más resultaron heridas, dos de ellas en estado crítico. El ejército israelí ha defendido su acción en un comunicado, alegando que el lugar era una “instalación de almacenamiento de armas” de Hezbolá.

El ataque se produce en medio de los esfuerzos de la Casa Blanca por inspirar optimismo tras dos días de negociaciones en Doha, la capital de Qatar, para un alto el fuego en Gaza que ponga fin a 10 meses de invasión. El diálogo, que continuará la próxima semana en El Cairo, tiene a EE UU, Egipto y Qatar como mediadores. Sin embargo, su propósito parece ser más calmar las aguas para desactivar las anunciadas represalias sobre Israel de Irán y Hezbolá que salvar vidas palestinas.

Las consecuencias del mortal bombardeo en Líbano ya se han hecho sentir. El ejército israelí informó que desde el sur del país se lanzaron unos 55 proyectiles contra territorio israelí, aunque no causaron heridas. Sin embargo, un ataque separado de Hezbolá hirió a dos soldados, uno de ellos de gravedad. En un incidente adicional, la Fuerza Aérea israelí asesinó a un mando de Radwán, la fuerza de élite de Hezbolá, mientras conducía una motocicleta cerca de la ciudad de Tiro.

Este es un momento particularmente delicado para una escalada en lo que Israel llama el “frente norte”. Las negociaciones de alto el fuego en Gaza son, junto con la presión diplomática occidental, el principal dique que viene conteniendo la respuesta que Irán y su aliado Hezbolá prometieron a principios de mes. El líder de Hezbolá, Hasan Nasralá, advirtió que la represalia “llegará sin duda” en el “momento adecuado” y será “fuerte”, pero irá precedida de una “espera que forma parte del castigo”.

El punto de inflexión en la tensión fue un cohete lanzado desde Líbano hace casi un mes que mató a 12 menores de edad drusos mientras jugaban al fútbol en los Altos del Golán, territorio sirio ocupado por Israel. Esto fue aparentemente un error de Hezbolá al apuntar a una base militar cercana. Israel respondió asesinando al número dos de la milicia, Fuad Shukr, en su feudo en Beirut, Dahiya. Un día después, Ismail Haniya, líder político de Hamás, fue asesinado en pleno Teherán.

Las amenazas de represalia de Teherán y Beirut movilizaron a los mediadores, quienes convocaron la reunión en Doha para cerrar un acuerdo de alto el fuego que negocian desde diciembre. La Casa Blanca lleva dos días lanzando mensajes casi triunfalistas. Desde el presidente, Joe Biden, repitiendo que estamos más cerca que nunca de un acuerdo, hasta un alto mando de su equipo que definió las negociaciones como “las más constructivas en meses”.

Sin embargo, Hamás insiste en que se ciñe a lo acordado antes de que Netanyahu decidiese añadir “condiciones imposibles” al borrador. Acusa a Washington de darle “cobertura y luz verde” a Israel para continuar la invasión, en lugar de forzarle a cumplir compromisos previos. Mientras tanto, la tensión y la violencia continúan escalando, con el costo humano aumentando día tras día.

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