La industria de los coches eléctricos está en constante evolución, y las marcas están en una carrera contra el tiempo para mantenerse al día con la demanda y la tecnología en constante cambio. En este contexto, Volkswagen ha hecho un movimiento estratégico que ha dejado a muchos rascándose la cabeza. En lugar de seguir avanzando a toda velocidad en su hoja de ruta de coches eléctricos, la marca alemana ha decidido hacer un movimiento táctico para mejorar y rentabilizar sus plataformas eléctricas existentes. ¿El efecto colateral de este movimiento? El proyecto Trinity, su coche eléctrico de alto perfil diseñado para rivalizar con Tesla, se retrasa hasta al menos 2032.
El Trinity es mucho más que otro coche eléctrico para Volkswagen. Concebido como el modelo que pondría a Volkswagen en el mapa de la movilidad eléctrica de alto nivel, el Trinity está diseñado para ofrecer un nivel 4 de conducción autónoma, un paso más allá del nivel 3 que ya ofrecen marcas como Mercedes y BMW. Su producción estaba originalmente prevista para 2026, pero ahora parece que este plazo se ha retrasado hasta 2032.
Pero Volkswagen no se queda de brazos cruzados mientras espera que llegue 2032. La marca tiene planes para mejorar tanto la plataforma MBE, que se utiliza en los modelos ID.3 e ID.4 y que se comparte con Ford, como la más reciente plataforma PPE. La MBE se actualizará a la versión MBE+ para 2026, mientras que la PPE recibirá una importante actualización de software dentro de un año y medio gracias a una colaboración con la empresa estadounidense Rivian.
Después de la MBE, Volkswagen planea lanzar la Scalable Systems Platform (SSP), que debutará en una versión 100% eléctrica del Golf en 2029 o incluso antes. Incluso podríamos ver otro coche muy querido con esta plataforma en 2028: el Audi A4 en versión eléctrica. Audi, de hecho, recibirá la plataforma SSP antes de que Volkswagen lance un coche con esta plataforma.
Sin embargo, esta estrategia también tiene sus desventajas. Por ejemplo, el reemplazo del ID.4, que estaba previsto para 2028, no llegará hasta 2030. Del mismo modo, el crossover eléctrico T-Sport, que iba a ser lanzado en 2029, no llegará al mercado hasta 2031. Ambos modelos se basarán en la plataforma SSP y llegarán al mercado antes que el Trinity.
En cuanto a sus planes de fabricación, Volkswagen ha decidido no seguir el modelo de Tesla y su gigafactoría de Berlín. En cambio, la marca alemana ha optado por montar el Trinity en su planta de Zwickau, dedicada a los modelos eléctricos, cuando llegue el momento.
Todo esto forma parte de una estrategia más amplia para Volkswagen. La marca también ha firmado alianzas con Rivian y Xpeng para resolver los problemas y retrasos en el desarrollo de software derivados de los problemas de su subsidiaria Cariad. Este movimiento estratégico de Volkswagen muestra que la marca no se está quedando atrás en la carrera por el dominio del mercado de los coches eléctricos, sino que está jugando un juego a largo plazo, optimizando sus recursos y plataformas existentes mientras prepara su ofensiva contra Tesla y otros competidores en el horizonte.