Las encuestas en redes sociales tergiversan intencionalmente la realidad política | Tecnología

EL PAÍS

La proliferación y la influencia creciente de las redes sociales en la vida cotidiana han llevado a algunos a asumir que las opiniones expresadas en estas plataformas representan el pulso de la sociedad. Este supuesto puede resultar especialmente tentador para los políticos que buscan validar sus posturas y percepciones a través de las conversaciones y debates en línea. Sin embargo, un equipo de investigadores ha desafiado este punto de vista en un estudio reciente, que examina la influencia de las encuestas realizadas en X, la plataforma conocida anteriormente como Twitter, en la política de varios países.

Las conclusiones del estudio, publicadas esta semana, son sorprendentes y preocupantes. Los investigadores descubrieron que las encuestas de X están tremendamente sesgadas y distorsionan la realidad política, principalmente en favor de los puntos de vista conservadores. Además, estas encuestas a menudo son manipuladas mediante la compra de votos a las llamadas granjas de trolls, que son entidades dedicadas a la generación de perfiles automatizados.

La demografía de los usuarios de X, al igual que la de otras redes sociales, no es representativa de la población en general. Además, los bots, las cuentas que difunden desinformación y la influencia extranjera contribuyen a distorsionar aún más la imagen final. Según Przemyslaw A. Grabowicz, profesor asistente de la Universidad de Massachusetts Amherst y autor principal del estudio, hasta ahora no se había realizado un análisis serio sobre cómo se utilizan las encuestas en redes sociales en las campañas electorales y qué impacto real tienen en ellas.

Las encuestas de X fueron introducidas en 2015, un año antes de que Donald Trump ganara las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Desde entonces, han sido ampliamente utilizadas en las campañas electorales y se han convertido en una característica popular de X debido a su facilidad de uso y alcance masivo. Según Grabowicz y su equipo, cada mes se realizan alrededor de un millón de encuestas de todo tipo en la plataforma.

La influencia de las encuestas en la percepción de la opinión pública y la formación de opiniones individuales ha sido demostrada en estudios anteriores. Sin embargo, la pregunta que Grabowicz y sus colegas querían responder era si las encuestas desarrolladas en redes sociales tenían el mismo efecto. Para hacerlo, reunieron una extensa base de datos de encuestas realizadas en Twitter durante las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016 y 2020.

Según Grabowicz, en las elecciones presidenciales de 2020 se realizaron más de 13,000 encuestas de opinión en X/Twitter que recogieron más de 20 millones de votos. Las encuestas daban a Trump una victoria aplastante, a pesar de que fue Joe Biden quien ganó las elecciones. Si nos fiáramos de las predicciones hechas por estas herramientas, Trump habría ganado las elecciones de 2020 con el 58% de los votos. En realidad, Biden ganó con el 51,3% de los votos y Trump obtuvo el apoyo del 46,8% de los votantes.

La investigación también reveló que había un 50% más de votos de identidad cuestionable (bots) en las encuestas preelectorales que en las realizadas después de las elecciones. Esto sugiere, según los investigadores, que la manipulación de las encuestas de las redes sociales es una táctica deliberada para influir en los resultados políticos. En este sentido, Donald Trump, el candidato oficial del Partido Republicano para las elecciones presidenciales de este año, ha compartido en su propia plataforma, Truth Social, los resultados de algunas encuestas de X que le dan como favorito, con un apoyo del 70%.

Las encuestas realizadas en 2016 y 2020 no solo daban como ganador a Trump por una amplia mayoría, sino que también eran dos veces más propensas a ser realizadas, respondidas y retuiteadas por hombres. Además, los conservadores superaban a los liberales en una proporción de diez a uno.

Aunque el estudio de Grabowicz se centró en un país, Estados Unidos, y en una red social en particular, X, sus conclusiones son relevantes para cualquier contexto en el que las redes sociales jueguen un papel importante en la política. «Nuestro trabajo alerta de que las redes sociales carecen de transparencia, incluso para cosas tan importantes como las elecciones nacionales», dice Grabowicz. «Si eso ocurre en un contexto como este, podemos estar seguros de que también sucederá en muchos otros».

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