El Juzgado de Garantía de Arica ha concedido la petición del Ministerio Público para llevar a cabo la exhumación del cuerpo del soldado conscripto Franco Vargas, quien falleció el 27 de abril después de una marcha ordenada como parte de su servicio militar. Esta decisión se tomó después de que la familia del fallecido diera su aprobación para una segunda autopsia bajo el Protocolo de Minnesota, que no se siguió durante la primera autopsia realizada por el Servicio Médico Legal.
La jueza Paulina Zúñiga Lira dio luz verde a esta diligencia, considerando que no pondría en peligro el resultado de la investigación. Por el contrario, la jueza sostuvo que esta acción podría contribuir a la recolección de pruebas que permitirían establecer la verdad de los hechos.
La necesidad de una segunda autopsia se hizo evidente después de que la Fiscalía enfatizara que la familia de Franco Vargas había dado su aprobación para que se realizara bajo el Protocolo de Minnesota, un procedimiento que no se siguió durante la primera autopsia realizada por el Servicio Médico Legal.
El caso de Franco Vargas es uno de los varios que se han producido en el contexto de las condiciones a las que se enfrentan los conscriptos en el ejército. Este caso, en particular, ha atraído la atención debido a las circunstancias de su muerte durante una marcha militar.
Además, la jueza autorizó que un perito de la Defensoría Penal Pública esté presente durante la exhumación del cuerpo y observe el procedimiento. Este perito tendrá permitido realizar un examen externo e interno del cadáver, siempre que no afecte el desarrollo de la diligencia llevada a cabo por el perito del Ministerio Público o del Servicio Médico Legal. También se autorizó el análisis de las muestras que se obtengan durante la autopsia.
Por su parte, el fiscal regional Mario Carrera indicó que se ha formado un equipo especial de la Brigada de Homicidios de la PDI Arica para investigar el caso. Se están llevando a cabo múltiples diligencias investigativas, como la toma de declaración de todos los soldados conscriptos que participaron en la marcha de instrucción donde falleció Franco Vargas. También se está planificando una reconstitución de la escena del suceso.
Este caso ha generado un intenso debate sobre las condiciones a las que se enfrentan los soldados conscriptos durante su servicio militar. La muerte de Franco Vargas ha puesto en evidencia la necesidad de un mayor escrutinio y regulación de las prácticas militares, así como la importancia de seguir protocolos adecuados para la realización de autopsias.
La decisión de exhumar el cuerpo de Franco Vargas y realizar una segunda autopsia es un paso importante para aclarar las circunstancias de su muerte. Con la autorización del Juzgado de Garantía de Arica y el consentimiento de la familia de Franco Vargas, se espera que esta nueva autopsia pueda proporcionar más información y ayudar a establecer la verdad sobre lo que ocurrió durante esa fatídica marcha militar.
Es fundamental que se tomen todas las medidas necesarias para garantizar una investigación completa y exhaustiva en este caso. La participación de la Defensoría Penal Pública y el uso del Protocolo de Minnesota para la segunda autopsia son elementos cruciales en este proceso. Solo a través de una investigación rigurosa y transparente se podrá hacer justicia y aclarar las circunstancias de la muerte de Franco Vargas.
El caso de Franco Vargas es un recordatorio sombrío de las duras condiciones a las que se enfrentan los soldados conscriptos en el servicio militar. Su muerte ha generado un llamado a la acción para revisar las prácticas y protocolos militares, y garantizar que se tomen todas las medidas necesarias para proteger a los soldados conscriptos. La segunda autopsia es un paso en la dirección correcta para garantizar que se haga justicia en este caso y se establezca la verdad sobre la muerte de Franco Vargas.