La conciencia de la muerte y la finitud es un aspecto profundo de la existencia humana que a menudo se pasa por alto en la educación actual, según una reciente investigación liderada por Agustín de la Herrán Gascón, Pablo Rodríguez Herrero y Victoria de Miguel Yubero. El estudio, publicado en la Teoría de la Educación. Revista Interuniversitaria, sostiene que la educación sobre la muerte que se imparte actualmente es incompleta y superficial, ya que se centra en conocimientos disciplinares, competencias y valores sociales, pero no aborda aspectos existenciales más profundos.
La inclusión de la muerte en la educación, según los autores, puede fomentar una vida más consciente y plena. El estudio no solo proporciona una comprensión más amplia de la bibliografía existente sobre la educación en torno a la muerte, sino que también sugiere que la integración de diferentes tradiciones puede enriquecer de manera significativa la educación y la formación en este ámbito crucial.
El trabajo revisó 520 artículos publicados entre enero de 2010 y junio de 2022 en revistas indexadas en Scopus y Web of Science (WOS). Se realizó un análisis cuantitativo y descriptivo, comparando doce unidades de análisis desde diferentes tradiciones. Los resultados indican que las publicaciones anglosajonas se centran principalmente en las implicaciones profesionales, sociales y escolares de la educación sobre la muerte, con una sólida base en la psicología y las ciencias de la salud.
Por otro lado, las publicaciones de tradición epistemológica centroeuropea abordan la inclusión de la muerte en la educación desde una perspectiva más integral y pedagógica. En esta perspectiva se incluyen temas como la enseñanza, la formación de educadores y el uso de recursos didácticos. Este enfoque, que se conoce como el «enfoque radical e inclusivo de la educación», ha generado destacadas contribuciones desde España.
La investigación identifica dos tradiciones principales en la educación que tienen en cuenta la muerte: la Death Education anglosajona y la Pedagogía de la muerte centroeuropea. La Death Education, que se originó en los años 50 en países anglosajones, proviene de las ciencias de la salud (medicina, psicología) y otras disciplinas como la antropología, el arte, la literatura, la filosofía, la fisiología, el psicoanálisis, la psiquiatría y la religión. Este enfoque se centra en el acompañamiento, el duelo, la preparación para afrontar la muerte y los cuidados paliativos.
Por otro lado, la Pedagogía de la muerte surge de la tradición pedagógica centroeuropea del siglo XVII y se consolidó como disciplina en los años 90. Este enfoque incluye contenidos educativos más amplios y avanzados, con un enfoque en aspectos pedagógicos. España destaca como uno de los países con mayor producción científica de alta calidad en este campo.
La tradición centroeuropea ha incluido todos los contenidos de la tradición anglosajona y ha avanzado singularmente en otros aspectos propiamente pedagógicos, como el sistema educativo, las escuelas, la formación de educadores, la enseñanza, los recursos, el acompañamiento en el duelo desde la tutoría y la educación más allá del duelo. Esta tradición enfatiza el enfoque radical e inclusivo de la educación, desde el que se han realizado destacadas publicaciones en España sobre pedagogía de la muerte.
Finalmente, los autores concluyen que las aportaciones de ambas tradiciones epistemológicas son enriquecedoras, diferenciables y complementarias. En resumen, las publicaciones de la tradición anglosajona y centroeuropea tratan sobre la muerte, y las generadas desde el enfoque radical e inclusivo, de una educación que incluye la muerte para una vida más consciente.
La referencia bibliográfica completa del estudio es: Herrán Gascón, A. de la; Rodríguez Herrero, P.; Miguel Yubero, V. de (2024). ‘¿Más allá de la death education? Un estudio sobre sus tradiciones epistemológicas‘. Teoría de la Educación. Revista Interuniversitaria, 36(1), 183-204. https://doi.org/10.14201/teri.31511.
Fuente: Universidad Autónoma de Madrid (UAM)