El clima político de Chile se ha tensificado después de la más reciente cuenta pública del Congreso Nacional. En un gesto sin precedentes, las bancadas de la oposición, lideradas por la jefa de comité de Renovación Nacional (RN), Ximena Ossandón, se acercaron al presidente Gabriel Boric para entregarle una carta firmada por representantes de Chile Vamos (UDI, RN y Evópoli), el Partido Republicano y el Partido Social Cristiano. En dicho documento expresaron su «más profunda preocupación» por el resultado de una reciente votación en el Senado.
La votación en cuestión involucra una propuesta de la comisión mixta para el proyecto de ley de la votación en dos días, que dejó sin sanción el voto obligatorio. Según expertos constitucionalistas, un voto obligatorio sin sanciones es esencialmente un voto voluntario. La oposición ha calificado el resultado como un retroceso en la participación política.
El tono duro de la oposición no se limitó a la carta. La misma también incluyó una amenaza de cambiar el trato con La Moneda, es decir, el gobierno. La carta advierte que si no prospera una acción para reponer las multas, se debilitarán las confianzas y la oposición se verá obligada a reconsiderar su relación con el gobierno.
El gobierno, representado por el ministro de la Secretaría General de la Presidencia, Álvaro Elizalde, anunció un veto para reponer las multas. Sin embargo, la oposición considera que se necesita una respuesta más fuerte debido a las implicancias del tema. En particular, la derecha chilena cree que a la izquierda le convendría electoralmente una menor votación en las elecciones municipales y de gobernadores de octubre, ya que podrían obtener un mejor resultado.
La alcaldesa de Providencia y figura presidencial de la UDI, Evelyn Matthei, fue una de las voces críticas más destacadas. En un punto de prensa, Matthei declaró que es muy importante cuidar la democracia, y calificó cualquier cambio en las reglas del juego antes de cada elección como inaceptable. En la misma línea, la candidata a alcaldesa por Las Condes, Marcela Cubillos, fustigó al presidente Boric, referenciando al chavismo y a la extrema izquierda latinoamericana.
La polémica no se limita a las multas para los votantes locales. La oposición también ha criticado la intención del oficialismo de eximir del pago de una multa a los migrantes que voten en la elección. Desde la derecha, se cree que esta medida también obedece a una intención electoral de la izquierda, ya que consideran que la población migrante votaría favorablemente por la derecha.
A nivel del Congreso Nacional, también ha habido emplazamientos masivos. El comité de senadores UDI envió una declaración pública en la que calificó de inaceptable que el gobierno plantee modificar una ley en discusión en una comisión mixta sin facultades, con el objetivo de acentuar las diferencias entre chilenos y migrantes. Desde la Cámara de Diputadas y Diputados, el jefe de bancada UDI, Gustavo Benavente, y la jefa de bancada de RN, Ximena Ossandón, también se manifestaron en esta línea.
En resumen, las tensiones políticas en Chile han aumentado a medida que la oposición critica al gobierno por la decisión de eliminar las sanciones por no votar y por los planes para eximir a los migrantes de pagar multas por votar. La oposición ha amenazado con cambiar su relación con el gobierno si no se toman medidas para abordar estas preocupaciones.