El panorama político de la Eurocámara se torna más complejo con la reciente formación del grupo de ultraderecha Europa de las Naciones Soberanas, encabezado por el partido Alternativa por Alemania (AfD). Esta formación se produce a tan solo 48 horas de la creación de Patriotas por Europa, liderado por Viktor Orban. Europa de las Naciones Soberanas cuenta actualmente con 25 eurodiputados de ocho países diferentes. Sin embargo, a pesar de los rumores, los tres eurodiputados del partido Se Acabó la Fiesta (SAF), liderado por el controvertido Luis Alvise Pérez, decidieron no unirse al nuevo grupo.
El manifiesto del grupo ultraderechista se presentó en un comunicado breve emitido después de su reunión inaugural. En él, expresan su intención de influir significativamente en el futuro político de Europa a través de acciones decisivas y estratégicas y enfatizan la necesidad de actuar de manera colectiva. Los miembros del grupo insisten en que su elección de actuar de esta manera no es por conveniencia sino por la necesidad de hacer realidad su visión compartida de una «Europa de las Patrias fuerte, unida y con visión de futuro».
Uno de los aspectos que generó sorpresa fue la negativa del partido de Luis Alvise Pérez a unirse al grupo, a pesar de haber mantenido negociaciones previas. Durante la reunión, que duró menos de tres horas en una de las salas del Parlamento Europeo, el diputado húngaro Toroczkai Laszlo afirmó que SAF iba a formar parte del nuevo grupo, incluso incluyéndolo en un mapa presentado. Sin embargo, los tres eurodiputados de SAF actualmente no están inscritos en ninguna fracción política.
Para constituir el nuevo grupo, se necesitaba la adhesión de al menos 23 eurodiputados de siete Estados miembros, tal como dicta el código de la Eurocámara. Al grupo se han unido algunos de los partidos más radicales de Europa, incluyendo 14 diputados de la AfD, tres representantes del partido polaco Confederacia, tres del búlgaro Revival, un diputado del checo SPD, un diputado del lituano Unión del Pueblo y la Justicia, uno del francés Reconquista liderado por Eric Zemmour, uno del eslovaco Republika y uno del húngaro Nuestra Patria. En total, el grupo cuenta con 25 eurodiputados de ocho países diferentes.
Sin embargo, la formación del nuevo grupo ha generado divisiones dentro de la extrema derecha polaca, que ha expresado su incomodidad por compartir bancada con la ultraderecha alemana. La eurodiputada Anna Bryka ha manifestado su rechazo a unirse a una facción que incluye a AfD, alegando que las posiciones de este partido en relación con los proyectos Nord Stream I y Nord Stream II y las declaraciones de algunos de sus miembros son contrarias a los intereses nacionales de Polonia.
La creación de bloques políticos unificados ha sido durante años un desafío para las fuerzas populistas y euroescépticas de la Unión Europea. Tras las elecciones europeas de junio, sus divisiones no solo se han mantenido, sino que han aumentado. Durante la legislatura anterior, estas fuerzas estaban divididas entre los Conservadores y Reformistas (ECR) liderados por la italiana Giorgia Meloni y la fracción de Marine Le Pen, Identidad y Democracia (ID). Ahora, con el comienzo de la nueva legislatura, ya son tres los grupos: ECR, Patriotas por Europa y Europa de las Naciones Soberanas.
Una de las incógnitas que dejaron las elecciones de junio era qué harían el Fidesz húngaro y el alemán AfD. El primero estaba en una situación de desamparo tras su expulsión del Partido Popular Europeo, que no pudo sostener más la deriva autoritaria de Orban. Ahora, Orban ha creado Patriotas por Europa, que ya es la tercera fuerza más poderosa de la Eurocámara. Su creación ocurrió días después del polémico viaje de Orban al Kremlin, lo que provocó críticas por parte del primer ministro Pietr Fiala, quien acusó al grupo de Orban de servir a los intereses de Rusia y amenazar la seguridad y la libertad de Europa.
Por su parte, AfD, que fue expulsado de la ID por Le Pen durante la campaña electoral de las elecciones europeas tras las declaraciones de su líder, Maximilian Krah, ha creado su propia fracción, siendo la más ultraderechista y minoritaria de la Eurocámara. Los co-presidentes de la formación serán el alemán Ren Aust y el polaco Stanislaw Tyszka.
Aún quedan 33 eurodiputados sin afiliación a ninguna fracción política y se espera que haya más cambios en los próximos días. Sin embargo, el nuevo mapa político muestra un Parlamento Europeo más inclinado hacia la derecha y más fragmentado que nunca. La décima legislatura se anticipa como una de las más complicadas para lograr consensos y avanzar en la integración de la UE, en un momento en que proliferan las fuerzas eurofóbicas. Todo ello en un contexto global volátil, en el que la UE debe hacer frente a enormes desafíos como las guerras en Ucrania y Gaza, el posible regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, la guerra comercial con China, la ampliación del Este o la pérdida de competitividad de las empresas comunitarias.