La salud infantil y las desigualdades socioeconómicas

Las desigualdades socioeconómicas provocan una gran pérdida de salud en la infancia y adolescencia

El último informe de la Gasol Foundation, fundación de los hermanos Pau y Marc Gasol orientada a prevenir la obesidad infantil, arroja luz sobre una situación alarmante en España. El estudio, titulado Nivel socioeconómico y estilos de vida de la población infantil y adolescente en España, ha analizado los hábitos de salud de 3.201 niños y adolescentes, de entre 8 y 16 años, de todo el país. Los resultados son especialmente preocupantes para las familias que viven en situación de vulnerabilidad socioeconómica, debido a las desigualdades sociales.

El Dr. Santi F. Gómez, director global de Investigación y Programas de la Gasol Foundation, comenta que los factores socioeconómicos son una pieza fundamental para entender qué determina las oportunidades de crecer de forma saludable. Por ello, Gómez insiste en la necesidad urgente de tomar medidas estructurales y desplegar intervenciones comunitarias de promoción de hábitos de vida saludable, sensibles a las desigualdades socioeconómicas.

Mónica García, ministra de Sanidad, coincide con esta visión e incide en que la obesidad infantil es un problema sistémico, influenciado por una cascada de factores sociales. En su opinión, es necesario abordar la obesidad infantil desde una perspectiva que tenga en cuenta la salud integral de la población infantil, considerando aspectos económicos, educativos y comunitarios que afectan a los niños y sus familias.

El estudio, que ha recibido el apoyo de la Fundación Barça y la Fundación Occident, y de aliados saludables como el Banco Santander, el Grupo IFA y la Fundación CSAI del Ministerio de Sanidad, ha revelado la existencia de grandes diferencias en los hábitos de vida de niños y adolescentes en función del nivel socioeconómico de sus familias.

Por ejemplo, se ha observado que los niños cuyos padres no tienen estudios universitarios dedican 11,5 minutos menos al día a la actividad física moderada o vigorosa, lo que equivale a casi 70 horas menos al año. Esta desigualdad se incrementa al combinar las tres variables de nivel socioeconómico: nivel de estudios, estatus laboral y renta media por persona/año de la sección censal de residencia. En este caso, los niños en peores condiciones socioeconómicas dedican 23 minutos menos al día a la práctica de actividad física moderada o vigorosa, lo que supone más de 11 horas al mes y casi 140 horas al año menos.

El informe también ha puesto de manifiesto que el tiempo de uso de pantallas entre semana es mayor entre los niños y adolescentes cuyos progenitores no tienen estudios universitarios, llegando a alcanzar 50 minutos más al día. Esta cifra se incrementa hasta los 16 días completos más en un año al contemplar las tres variables de nivel socioeconómico, lo que resulta en alrededor de 4,2 meses completos más dedicados al uso de pantallas entre los 8 y los 16 años.

En cuanto a la alimentación, se ha observado que el nivel de adherencia a la dieta mediterránea es menor entre los niños y adolescentes cuya familia tiene un nivel socioeconómico más bajo. De hecho, la diferencia llega a ser de 0,84 puntos menos en una escala de 16 puntos. Además, el porcentaje de población infantil y adolescente que presenta un nivel bajo de adherencia a la dieta mediterránea es un 11,5 % mayor entre la población más expuesta a las desigualdades socioeconómicas.

Por último, el estudio también ha analizado el impacto del nivel socioeconómico en el tiempo de sueño y el estado de salud de los niños y adolescentes. Se ha observado que el porcentaje de población infantil y adolescente que cumple con las recomendaciones de horas de sueño entre semana es casi un 10 % menor entre los menores cuyos progenitores no tienen estudios universitarios. Asimismo, se ha constatado que el estado de salud percibido es 6,4 puntos mayor, en una escala del 0 al 100, entre la población más favorecida.

En resumen, el estudio pone de manifiesto la urgente necesidad de tomar medidas para reducir las desigualdades socioeconómicas y promover hábitos de vida saludables entre los niños y adolescentes españoles.

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