Las IndyCars Series, las carreras de monoplazas más prestigiosas de América, llegaron este fin de semana al peculiar Barber Motorsports Park, un circuito que siempre ofrece retos y situaciones imprevistas. Sin embargo, lo más destacado de la competición no tuvo que ver con los coches ni con los conductores, sino con un inesperado ‘participante’ que cayó literalmente del cielo.
Scott McLaughlin, un antiguo piloto de turismos, logró imponerse en una carrera que resultó especialmente dura para la escudería McLaren. El trazado del Barber Motorsports Park, conocido por sus particularidades, propició numerosos incidentes y errores por parte de los participantes. A pesar de las dificultades, el piloto español Alex Palou logró terminar dentro del Top 5.
Sin embargo, el incidente más curioso y recordado tuvo lugar fuera de la competición en sí. En un momento dado, un maniquí colgante, bautizado como Georgina en honor a George Barber, el propietario del circuito, cayó ‘a plomo’ hasta quedar a escasos centímetros del asfalto. Este peculiar elemento decorativo colgaba de uno de los puentes que cruzan el trazado norteamericano, y su caída sorprendió tanto a los espectadores como a los propios corredores.
La dirección de carrera decidió no detener la acción en pista a pesar de la aparición inesperada de Georgina, lo que condujo a una situación aún más insólita. No fue hasta que se produjo una neutralización más tarde cuando los operarios pudieron entrar al circuito para retirar al maniquí. Sin embargo, para entonces uno de los monoplazas ya había arrollado a Georgina, arrancando su mano en el proceso.
Este inusual incidente no es el primero de su tipo en el mundo del motor. En la temporada 2000 del Campeonato del Mundo de Rallyes, el piloto británico Richard Burns perdió el control de su Subaru en una curva sobre grava mojada en Nueva Zelanda. La causa de su despiste no fue otra que la presencia de una ‘aficionada’ muy especial en la cuneta exterior: una muñeca hinchable con uno de sus brazos motorizados a modo de saludo, que le hizo perder la concentración.
Los incidentes con maniquíes y muñecas hinchables pueden parecer anecdóticos, pero ponen de manifiesto la importancia de la concentración en las carreras de motor y el impacto que pueden tener los elementos externos en el rendimiento de los pilotos. Aunque Georgina no interrumpió en sí la competición de las IndyCars Series, su presencia inesperada en la pista sin duda añadió un elemento de sorpresa y emoción a la carrera.
A pesar de las dificultades, la carrera en el Barber Motorsports Park demostró una vez más el alto nivel de competencia y la habilidad de los pilotos de las IndyCars Series. Aun así, el incidente de Georgina servirá como un recordatorio para todos los participantes de lo impredecible que puede ser el mundo del motor, incluso en un circuito tan familiar como el de Barber.