En un despliegue de resistencia frente a la creciente presión para retirarse, el presidente Joe Biden se mantuvo firme en su campaña electoral, asistiendo a dos eventos clave en Pensilvania, un estado crucial para las próximas elecciones. Esta toma de posición llega en medio de peticiones de renuncia por parte de al menos media docena de congresistas demócratas, tras su decepcionante desempeño en el reciente debate contra Donald Trump.
El presidente de 81 años comenzó el día en un servicio religioso en una iglesia afroamericana, seguido de un encuentro con sindicalistas. En su camino al segundo evento, hizo una breve parada en una oficina demócrata en Filadelfia, donde fue recibido por un medio centenar de colaboradores al ritmo de una canción de Bon Jovi.
En la Iglesia de Dios en Cristo de Mount Airy, en Filadelfia, Biden se dirigió a los 300 fieles con un discurso centrado en la historia negra como parte inseparable de la historia americana. Esta declaración parece enfocada en asegurar el voto afroamericano, una comunidad que ha mostrado una inclinación hacia el partido demócrata.
Posteriormente, el presidente se reunió con un grupo de sindicalistas y demócratas locales en Harrisburg, la capital de Pensilvania. En este evento, Biden se presentó como “el esposo de Jill, una chica de Filadelfia” y reafirmó su conocido apoyo a los sindicatos, afirmando ser «el presidente más prosindical de la historia de EE UU».
Pese a los crecientes cuestionamientos a su candidatura dentro de su partido, Biden ha insistido en que no tiene intención de retirarse. Incluso un miembro del Comité Nacional Demócrata (CND) ha instado al presidente a echarse a un lado, sumándose a cinco congresistas que piden su retirada.
Estas controversias internas en el partido demócrata se han intensificado tras el inquietante desempeño de Biden en el debate con Donald Trump, en el que los titubeos y errores del presidente se hicieron notorios. Sin embargo, Biden ha restado importancia a estas críticas y ha prometido dedicar más tiempo a hablar directamente con los votantes.
La preocupación por el futuro de la candidatura de Biden también ha llevado a algunos a considerar la posibilidad de que la vicepresidenta Kamala Harris pueda sustituirlo. Adam Schiff, un destacado demócrata, sostiene que Harris podría obtener una victoria abrumadora, pero insiste en que la decisión final debe ser tomada por el propio Biden.
La sensación de urgencia en las filas demócratas es palpable, y el líder de la minoría en la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, ha convocado una reunión virtual con los principales demócratas de la Cámara para discutir sobre la candidatura de Biden.
Desde el 27 de junio, fecha del debate, Biden ha estado inmerso en una especie de burbuja protectora creada por su esposa, Jill, y su hijo Hunter Biden, mostrando un férreo negacionismo frente a las críticas y malos pronósticos.
Este lunes se esperan novedades cuando el Congreso reanude su actividad tras el paréntesis festivo del 4 de Julio. Una fuente próxima a los principales donantes demócratas ha revelado que la mayoría de ellos creen que Biden debería retirarse. Las dudas alcanzan incluso a quienes en público han cerrado filas en torno a Biden, pero en privado admiten estar en un callejón sin salida.