El baloncesto es un deporte que se juega en un ritmo frenético, donde los jugadores deben estar en constante movimiento y donde la habilidad y la estrategia son fundamentales. La selección española de baloncesto vivió una de esas noches de alta tensión el sábado, cuando se enfrentó a Finlandia en lo que se podría describir como una verdadera «final antes de la final» en el Preolímpico. Y aunque el equipo español logró superar a su rival en un emocionante final, no fue nada fácil.
El equipo de España, que se ha caracterizado por su competitividad heredada y su mentalidad ganadora, tuvo que lidiar con una selección finlandesa que no se arrugó en ningún momento y que demostró que no necesitaba de grandes estrellas para ser un rival a considerar. Aun así, el héroe de la noche fue sin duda Willy Hernangómez, que tuvo una actuación desequilibrante y que mostró una vez más que siempre saca lo mejor de sí con la selección.
El partido empezó con dificultades para España. Le costó despertar y se dio cuenta de que ninguna canasta iba a resultar sencilla. La defensa y la intensidad fueron las claves para mantenerse en el partido. Una antideportiva a Rudy sacudió a los españoles, que vieron cómo los finlandeses se venían arriba. Fue entonces cuando Brizuela y Lorenzo Brown tomaron el testigo ofensivo, aportando puntos vitales para el equipo.
La segunda mitad del partido trajo consigo un cambio de ritmo. Los finlandeses recurrieron a su principal arma, los triples compulsivos, para intentar darle la vuelta al partido. Pero España respondió con los puntos en la pintura de Willy y las asistencias de Lorenzo. Sin embargo, Finlandia no bajó los brazos. Un triple de Madsen y un mate a la contra de Muurinen pusieron contra las cuerdas a los españoles.
Fue entonces cuando la defensa española se hizo fuerte. Dos triples de Alberto Díaz devolvieron la esperanza a la selección, que se mantuvo en el alambre hasta el final del partido. En los últimos minutos, la tensión se podía cortar con un cuchillo. Triple tras triple, los equipos luchaban por la victoria. Y en ese abismo, apareció el temple de Willy Hernangómez.
El jugador español, a menudo criticado por su defensa, no tembló en los momentos decisivos. Anotó una canasta y dos tiros libres, demostrando su capacidad para mantener la calma en los momentos más tensos. Mientras tanto, los finlandeses no acertaban con sus lanzamientos, y finalmente fue España la que se llevó la victoria.
Con este triunfo, España se enfrentará a la Bahamas en la final del Preolímpico, con un único billete para los Juegos Olímpicos de París en juego. La Fonteta, que vibró con la emocionante victoria sobre Finlandia, será testigo de otra noche de baloncesto de alta tensión. Para lograr el objetivo, el equipo español necesitará de todo: calidad, experiencia y el empuje de su afición. El camino hacia París está a un solo paso.