Kamala Harris, la actual Vicepresidenta de los Estados Unidos, está ganando terreno en la política estadounidense, pese a las críticas y el escepticismo de algunos estrategas dentro de su propio partido. Durante los últimos tres años, el engranaje del Partido Demócrata ha sostenido que una mujer afroamericana con índices de popularidad discretos no podría derrotar a Donald Trump. Sin embargo, la perspectiva está cambiando y Harris está emergiendo como una contendiente cada vez más fuerte para reemplazar al actual Presidente, Joe Biden, si este decide retirarse.
No obstante, Biden ha insistido en que no tiene intenciones de retirarse y sigue creyendo que puede revertir la marea después del desastroso debate televisado por la CNN. A pesar de los desafíos, Biden mantiene su deseo de seguir adelante, aunque es consciente de que su margen es mínimo y que los próximos 10 días serán cruciales.
El Presidente ha mantenido un perfil bajo esta semana, con pocas apariciones y las que quedan serán con teleprompter. La presión está en aumento y una mala actuación en los próximos días podría ser fatal para su carrera política. La próxima semana, Washington albergará una cumbre de la OTAN con 30 líderes mundiales, lo que podría ser el mejor o el peor examen posible para Biden.
Mientras tanto, todos los ojos están puestos en Kamala Harris, incluido el de Donald Trump. En un video publicado en su cuenta de la red Truth Social, Trump llamó a Biden «viejo montón de basura» y se burló de su estado de salud, físico y mental. Trump también lanzó un ataque a Harris, a quien calificó de «mala y patética». La Casa Blanca respondió con un comunicado en el que criticó a Trump por su falta de respeto hacia las mujeres, su desdén hacia los estadounidenses negros y su total desprecio por la democracia.
Las proyecciones indican que Trump esperaría que Biden continúe en la carrera, ya que los modelos predicen una victoria de Trump contra Biden. Sin embargo, un cambio en la candidatura es impredecible y podría provocar desánimo y abandono entre los votantes de centroizquierda, transmitir una sensación de caos e improvisación, o incluso resucitar a una parte del electorado desencantado.
La atención está cada vez más centrada en Harris, a quien las encuestas indican que tendría más opciones en las elecciones de noviembre que el resto de posibles alternativas a Biden. Harris se sitúa dos o tres puntos por detrás de Trump, en lugar de seis u ocho. Además, una salida de Biden podría permitir a Harris heredar una gran parte de los cientos de millones de dólares recaudados en la campaña que lleva su nombre.
A pesar de las tensiones, Biden y Harris se reunieron recientemente en la Casa Blanca con un grupo de gobernadores demócratas. Aunque el apoyo público a Biden fue amplio, los medios de comunicación han informado de preocupaciones expresadas en privado.
En resumen, la posición política de Kamala Harris está fortaleciéndose, mientras que la de Joe Biden se tambalea. Sin embargo, el futuro de la política estadounidense sigue siendo incierto y dependerá en gran medida de los próximos movimientos de ambos líderes políticos.