Activista israelí Yehuda Shaul: «Estamos plantando semillas de odio en las futuras generaciones de Gaza» | Internacional

EL PAÍS

El israelí Yehuda Shaul ha seguido un largo y complicado camino para convertirse en el activista y pacifista que es hoy. Nacido en Jerusalén hace 41 años, en una familia judía muy religiosa, Shaul decidió de joven que no quería estudiar en un asentamiento israelí. Durante su servicio militar en la ciudad palestina de Hebrón, experimentó un abismo entre sus creencias y sus actos. Esta experiencia le motivó a convertirse en uno de los fundadores de la ONG Breaking The Silence, en la que soldados israelíes denuncian los abusos que el ejército comete en los territorios palestinos.

Actualmente, Shaul es uno de los codirectores del centro de reflexión Ofek (horizonte en hebreo), que aborda las causas fundamentales de la violencia y aspira a establecer un marco para un futuro de respeto y dignidad. En un país como Israel, donde pensar diferente, humanizar a los palestinos y hablar de paz se consideran actos de valentía, la voz de Shaul resuena con fuerza. Sus palabras se escuchan con atención en los despachos oficiales de Estados Unidos y Europa, y encarnan una poco conocida zona de grises en un conflicto que a menudo parece reducirse a blanco y negro.

Shaul rechaza la idea de que vive en una ilusión. “Creo que quienes piensan que la solución es bombardear a los palestinos, someterlos, desplazarlos o privarles de derechos viven en un mundo irreal. Ellos, no yo”, afirma con convicción.

La lucha de Shaul por la paz en Israel se ha vuelto especialmente desafiante tras los cruentos ataques de Hamás del 7 de octubre. Sin embargo, el activista sigue creyendo en la humanidad, la compasión y el anhelo de paz, a pesar de que la mayoría de la sociedad israelí parece haber optado por la rabia y el deseo de venganza.

Según Shaul, el 7 de octubre no marcó el inicio de la deshumanización de los palestinos, sino que simplemente marcó una nueva fase de este conflicto, mucho más agresiva y trágica. “No se puede apretar las tuercas y empujar a una demografía creciente, es decir, a los palestinos, hacia un espacio geográfico cada vez más reducido, mientras expandimos paralelamente nuestro proyecto colonial y creer que nuestra superioridad tecnológica o militar nos permitirá la permanencia y dominación. Nunca un pueblo ha logrado la estabilidad y la seguridad pasando por encima de millones de personas”, argumenta.

Shaul critica la estrategia de Israel de basar su seguridad nacional solo en la fuerza. Según él, esta estrategia solo conduce a episodios de violencia como el del 7 de octubre. En cambio, aboga por buscar el fin del conflicto, en lugar de simplemente gestionarlo.

Shaul también señala que, nueve meses después del ataque de Hamás, Israel no ha logrado sus objetivos en Gaza. Este fracaso ha generado una frustración extrema en la sociedad israelí, que se manifiesta de dos formas opuestas: mientras que una parte del país culpa al Gobierno por no buscar una salida negociada, la derecha y la extrema derecha culpan a los militares por no ir tan lejos como ellos consideran necesario.

A pesar de las dificultades, Shaul mantiene su esperanza en una solución diplomática y un alto el fuego. Según él, solo la intervención y la presión internacionales pueden conducir a un alto el fuego. Sin embargo, también reconoce la dificultad de esta tarea: “¿Quiere que le diga la verdad? Estamos metidos en un buen lío”.

Shaul ve el reconocimiento del Estado palestino por parte de España y otros países europeos como un paso positivo hacia la solución del conflicto. “Cualquiera que defienda la solución de dos Estados, tiene que reconocer al segundo Estado, es decir, a Palestina. Porque esto ya no se trata de ser proisraelí o propalestino. Esto va más allá. Cualquier que se preocupe por la región y por proteger las vidas humanas tiene que ir en esa dirección”, argumenta.

Shaul también critica las acciones de Israel en Cisjordania, donde se están tomando decisiones que aceleran la apropiación de tierras por parte de Israel. Según él, la anexión se está acelerando a la sombra de Gaza, lo que evidencia la urgencia de una solución pacífica al conflicto.

A pesar de todo, Shaul sigue creyendo en la autodeterminación de israelíes y palestinos. “Las dos partes necesitan derechos y dignidad y la sostenibilidad de la autodeterminación israelí está directamente interrelacionada y entrelazada con el logro de la autodeterminación palestina”, concluye.

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