En una reciente conversación con EL PAÍS, el renombrado novelista francés Michel Houellebecq expresó su preocupación y pesimismo sobre el futuro político de Francia, especialmente después de las próximas elecciones legislativas.
Houellebecq, quien ha sido descrito como el más leído e influyente de los novelistas franceses del siglo XXI, ha sido ampliamente reconocido por su capacidad para captar las corrientes profundas de las sociedades occidentales, y en particular, de la francesa. Es conocido por articular en sus obras el malestar y la sensación de declive que se siente en la sociedad contemporánea. En esta ocasión, se refirió en particular al éxito electoral del Reagrupamiento Nacional (RN), el partido de extrema derecha liderado por Marine Le Pen.
De acuerdo con Houellebecq, Francia se encuentra en una encrucijada importante. Predice que la situación podría empeorar después de las elecciones, con posibles «cosas desagradables» que podrían ocurrir. Aunque no proporcionó detalles específicos sobre qué podría significar esto, mencionó la posibilidad de que haya «muertos», un comentario que insinúa un panorama sombrío y preocupante para el país.
El autor de Plataforma y Aniquilación habló sobre lo que podría pasar después de las elecciones, abordando temas como Marine Le Pen, su candidato a primer ministro Jordan Bardella, y la creciente división en Francia entre lo que él llama «las élites» y «el pueblo».
Según Houellebecq, si el RN solo obtiene una mayoría relativa y renuncia a ir al poder, las cosas podrían seguir con normalidad. Sin embargo, si obtienen una mayoría absoluta y toman el poder, entonces surgirán problemas.
Estas afirmaciones se hacen eco de las recientes declaraciones del presidente Emmanuel Macron, quien habló de una posible «guerra civil» como resultado de una victoria de los extremos políticos. Houellebecq estuvo de acuerdo con esta evaluación, pero criticó a Macron por hacer tales declaraciones, argumentando que un presidente debería transmitir confianza y asegurar al público que tiene la situación bajo control.
Houellebecq también habló sobre su experiencia personal viviendo en la Francia rural. Criticó lo que considera el abandono de la Francia rural, señalando que desde que vive en el campo, se ha dado cuenta de que «han abandonado una parte del país y esta es la parte del país que se rebela en este momento».
El escritor también hizo comentarios sobre Bardella, el candidato a primer ministro de Le Pen, y sobre la propia Le Pen. Aunque no ve a Bardella como una figura particularmente destacada, cree que Le Pen «verdaderamente ama a la gente, está cerca del pueblo».
Houellebecq también comentó sobre la posible formación de un frente republicano para evitar que la extrema derecha obtenga la mayoría absoluta de escaños y pueda gobernar. Criticó este enfoque, argumentando que la gente está cansada de este tipo de tácticas políticas.
En cuanto a su propio lugar en este panorama político, Houellebecq se describió a sí mismo como alguien que, sociológicamente, está con la élite, pero de corazón, está más bien con el pueblo. Sin embargo, mostró dudas sobre si la élite ha estado haciendo un buen trabajo, citando problemas como una deuda y un déficit monstruosos.
Finalmente, Houellebecq defendió el principio del voto secreto, negándose a revelar por quién votó en las elecciones. A pesar de sus preocupaciones y críticas, Houellebecq parece mantener una actitud de espera, aunque pesimista, sobre lo que depara el futuro para Francia.