El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha adoptado una postura firme frente a las críticas y especulaciones sobre su estado de salud. En una reciente reunión con gobernadores demócratas en la Casa Blanca, Biden confesó que necesita dormir más y evitar la organización de eventos después de las 20:00 horas, según varios medios estadounidenses. Sin embargo, a pesar del acalorado debate en torno a su bienestar físico y mental tras un desafortunado debate con Donald Trump, el mandatario ha sido tajante: «No tengo intención de irme».
Biden mantuvo una reunión con más de veinte líderes de su partido en un intento por proyectar una imagen de calma y confianza en su capacidad para ganar las elecciones. Durante el encuentro, admitió que necesitará trabajar menos horas de cara a la campaña electoral. El mandatario también destacó que, en el periodo previo al debate, realizó varios viajes internacionales y trabajó en exceso, ignorando las recomendaciones de su equipo sobre sus horarios.
Cuando se le preguntó por su estado de salud, el jefe del Ejecutivo estadounidense aseguró que estaba «bien», añadiendo que «solo es mi cerebro», según detalló el diario The New York Times. En medio de presiones públicas por parte de algunas figuras demócratas, analistas y medios de comunicación estadounidenses para que abandone la contienda, Biden convocó a un grupo de gobernadores demócratas, algunos de ellos virtualmente, para disipar preocupaciones y reforzar su imagen de cara al próximo 5 de noviembre.
Esta reunión tuvo lugar pocas horas después de que la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, esquivara las preguntas directas de los periodistas sobre si el presidente había sido sometido a algún tipo de chequeo médico tras el debate con Trump. Posteriormente, durante una celebración en la Casa Blanca por el Día de la Independencia estadounidense, el presidente respondió «no voy a ninguna parte» a un comentario de uno de sus seguidores.
El desempeño de Biden en el primer debate presidencial contra el ex presidente Donald Trump desató una tormenta política en Washington. Hubo momentos en los que no pudo seguir el hilo de la conversación, lo que provocó mayores especulaciones sobre su estado de salud. Dos encuestas realizadas después del debate de la semana pasada y publicadas el miércoles mostraron que las ventajas de Trump en estados clave han aumentado desde el televisivo cara a cara.
Una encuesta del Wall Street Journal concluyó que Trump podría ganar con un 48% del voto a Biden, que se quedaría con el 42%. Mientras tanto, un sondeo de The New York Times mostró que la ventaja de Trump sobre Biden se había ampliado tres puntos tras el debate, de manera que ahora vencería con el 49% frente al 43%. A pesar de estos datos, Biden sigue firme en su intención de no retirarse de la carrera presidencial y de continuar con su campaña electoral.