El pasado 4 de junio, Catalina Álamo Misleh, una abogada de 27 años, presentó una querella denunciando un insólito y millonario robo que sufrió a manos de una gitana en la comuna de El Golf. La peculiaridad del robo reside en que la gitana, utilizando sus supuestos poderes, convenció a la abogada de que estaba maldecida y necesitaba una limpieza energética, durante la cual le sustrajo varios millones en joyas.
El incidente tuvo lugar mientras Catalina caminaba por la avenida Apoquindo. Fue allí cuando una desconocida se le acercó, solicitando indicaciones para llegar a la Clínica Alemana de Las Condes. De acuerdo con lo reportado por La Tercera, la desconocida, una mujer de unos 50 años, cabello largo, negro y ondulado, y de estatura baja, tras conseguir la información que buscaba, le ofreció a la joven abogada una inusual recompensa: una bendición.
La gitana, hablando con un acento muy marcado, le aseguró a Catalina que tenía poderes. Como una forma de gratitud por la ayuda prestada, la desconocida le prometió una bendición a la abogada. Pero la bendición se convirtió rápidamente en un ritual de limpieza energética, cuando la gitana convenció a Catalina de que alguien la había maldecido.
La desconocida insistió en que debía bendecir las joyas de la abogada para que la limpieza energética tuviera efecto. Aunque Catalina se resistió al principio, finalmente cedió y le entregó sus valiosos accesorios. Entre las joyas que le entregó a la gitana se incluían su anillo de compromiso, valorado en $10 millones de pesos, su argolla de matrimonio avaluada en $600 mil y una cadena de oro avaluada en $500 mil pesos.
Una vez que la gitana tuvo las joyas en su poder, las envolvió en una tela y le pidió a la abogada que no la abriera durante dos horas. Posteriormente, cuando Catalina abrió la tela, se horrorizó al descubrir que sus joyas ya no estaban, habiendo sido reemplazadas por monedas.
Este insólito robo nos recuerda que, aunque a veces podemos sentirnos tentados por promesas de bendiciones o limpiezas energéticas, es importante mantener la cautela y la desconfianza saludable. Aunque la gitana aprovechó el pretexto de una bendición para manipular a la abogada y robar sus joyas, no debemos olvidar que se trata de un acto criminal y que, independientemente de las circunstancias, el robo es un delito.
El caso de Catalina Álamo es un claro ejemplo de cómo los delincuentes pueden utilizar tácticas y métodos engañosos para cometer sus delitos. Es un recordatorio de que siempre debemos estar alertas y ser conscientes de nuestras pertenencias y de las personas con las que interactuamos, incluso si parecen estar ofreciendo ayuda o bendiciones.
Esperamos que este caso sirva de lección para todos y que, finalmente, se haga justicia para Catalina Álamo. La violación de la confianza y el robo son delitos graves que deben ser tratados como tales. Este incidente destaca la importancia de estar siempre alerta y consciente de nuestras interacciones con desconocidos.