El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, volvió a Washington tras más de una semana fuera de la ciudad y criticó duramente la reciente decisión del Tribunal Supremo que otorga amplia inmunidad penal a los presidentes, incluido su predecesor Donald Trump, por sus actos oficiales. Biden lamentó que esta sentencia no solo impide aclarar las responsabilidades de Trump en el pasado, sino que también establece un “precedente peligroso” para el futuro.
“Esta nación se fundó sobre el principio de que en América no hay reyes. Todos somos iguales ante la ley. Nadie está por encima de la ley. Ni siquiera el presidente de Estados Unidos”, insistió Biden, resaltando que este principio fundamental había sido violado con la última sentencia.
“La decisión de hoy significa casi con toda seguridad que prácticamente no hay límites a lo que un presidente puede hacer”, advirtió el presidente. “Sé que respetaré los límites del poder presidencial como lo he hecho durante los tres años y medio, pero cualquier presidente, incluido Donald Trump, será ahora libre de saltarse la ley”, explicó Biden, añadiendo que esta es una nueva doctrina fundamentalmente peligrosa ya que el poder del cargo ya no estará limitado por la ley, ni siquiera por el Tribunal Supremo de Estados Unidos.
Biden también expresó su preocupación por el hecho de que las responsabilidades de su antecesor, por el intento de subvertir el resultado electoral de 2020, no se aclararán y depurarán debido a esta sentencia. La resistencia a aceptar la derrota por parte de Donald Trump provocó el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021. “Ahora el hombre que envió a esa turba al Capitolio de Estados Unidos se enfrenta a una posible condena penal por lo que ocurrió ese día. El pueblo estadounidense merece tener una respuesta en los tribunales antes de las próximas elecciones”, afirmó Biden.
Dado que, probablemente, no habrá juicio ni sentencia, Biden apela a los votantes. “El pueblo estadounidense debe decidir si el asalto de Donald Trump a nuestra democracia el 6 de enero lo incapacita para el cargo más alto del país”, dijo. “Quizás lo más importante es que el pueblo estadounidense debe decidir si quiere confiar una vez más la presidencia a Donald Trump, ahora sabiendo que estará más envalentonado para hacer lo que le plazca, lo que quiera hacer”, añadió, antes de manifestar su disconformidad con la decisión del Supremo: “El presidente es ahora un rey por encima de la ley. Así que el pueblo americano debe disentir. Yo disiento”.
El presidente Biden, de 81 años, ha estado bajo escrutinio público tras una serie de titubeos y lapsus durante un debate en Atlanta, lo que ha erosionado la percepción de los votantes sobre su capacidad para afrontar un segundo mandato. Sin embargo, en su reciente aparición en Raleigh, Carolina del Norte, y en la Casa Blanca, Biden parecía más enérgico y libre de los problemas de voz que le habían afectado anteriormente.
A pesar de los desafíos, los pesos pesados demócratas han cerrado filas con el presidente y reafirmado que es su candidato para enfrentarse a Donald Trump, de 78 años, en las elecciones del 5 de noviembre. Biden intenta mostrar un contraste entre ambos candidatos, defendiendo el respeto a la ley y el Estado de derecho.