El panorama político en Canadá está pasando por un momento de incertidumbre, similar al que vive Estados Unidos con los demócratas. La ola de cambio que se está gestando en la política canadiense es palpable tanto en las encuestas como en los resultados electorales, con el partido en el poder enfrentando un declive en la popularidad y los conservadores ascendiendo en los sondeos.
Para el Partido Liberal, estos cambios representan un desafío mayúsculo en la carrera hacia las elecciones de 2025. La popularidad del actual jefe del Ejecutivo, Justin Trudeau, ha experimentado una fuerte caída y, a medida que las elecciones se acercan, el partido está teniendo que reconsiderar su estrategia. Esta realidad quedó patente en una reciente elección en la circunscripción de Ontario, donde los liberales sufrieron una derrota que indica que el descontento de los ciudadanos va más allá de las encuestas y se refleja también en las urnas.
En la circunscripción de Toronto-St Paul’s, Don Stewart, el candidato del Partido Conservador de Canadá, logró imponerse a la liberal Leslie Church por un margen del 1,6%. Esta elección especial se celebró debido a que la diputada Carolyn Bennett dejó vacante su escaño en enero para convertirse en embajadora canadiense en Dinamarca. Esta victoria conservadora ha causado conmoción, ya que esta circunscripción había sido un bastión liberal durante 31 años.
Trudeau reconoció que los resultados de la votación no fueron los esperados, pero subrayó su intención de buscar un cuarto mandato en las elecciones de 2025. Sin embargo, las señales de descontento entre las filas de su partido se hacen cada vez más evidentes. El líder del Partido Conservador de Canadá, Pierre Poilievre, aprovechó la coyuntura para exigir que Trudeau convoque elecciones anticipadas sobre la tasa al carbono, una medida que ha sido objeto de críticas.
En el gobierno, figuras como la viceprimera ministra, Chrystia Freeland, y el ministro de Servicios Públicos, Jean-Yves Duclos, han reiterado su apoyo a Trudeau. Sin embargo, algunos parlamentarios han manifestado de manera anónima sus dudas sobre su liderazgo. A esto se suma la exministra de Medio Ambiente, Catherine McKenna, quien sostuvo que los liberales necesitan un nuevo líder.
La votación en Toronto-St Paul’s también dejó una anécdota curiosa. Por primera vez en una elección federal canadiense, un candidato no obtuvo voto alguno. Félix-Antoine Hamel, uno de los 84 aspirantes, no pudo emitir ni siquiera su propio voto ya que reside en Montreal. Hamel es miembro de un comité que pide reformar el sistema electoral canadiense, y su candidatura formó parte de una protesta que consistió en registrar a un alto número de candidatos.
La situación política en Canadá está en constante evolución. El descontento creciente entre los ciudadanos y las señales de división dentro del Partido Liberal indican que el camino hacia las elecciones de 2025 podría estar lleno de sorpresas. A medida que se acerca la fecha de los comicios, todos los ojos estarán puestos en cómo los liberales y los conservadores se adaptan a este nuevo escenario y qué estrategias adoptan para ganarse el apoyo de los votantes.