El lunes, Israel liberó a Mohamed Abu Salmiya, director del hospital más importante de Gaza, tras más de siete meses de cautiverio. Este suceso ha causado un revuelo político que destaca las divisiones internas dentro del Gobierno liderado por el primer ministro Benjamín Netanyahu. Salmiya, quien fue arrestado el 23 de noviembre durante la guerra en curso en la Franja de Gaza, fue liberado junto con otros cincuenta prisioneros.
Salmiya denunció que durante su detención fue maltratado, se le privó de alimentos y medicinas, y afirmó que algunos detenidos habían muerto en cautiverio a manos de las autoridades israelíes. Además, afirmó que fue torturado físicamente, sufriendo fracturas y golpes en la cabeza que resultaron en sangrado en varias ocasiones. Este testimonio coincide con los relatos de otros gazatíes que también han estado detenidos durante estos meses.
Salmiya describió su arresto como una exageración de las autoridades israelíes, diciendo que lo trataron como a un criminal importante. Sin embargo, fue liberado sin cargos y señaló que en sus comparecencias ante el juez, las autoridades no presentaron ninguna prueba contra él.
El primer ministro Netanyahu y varios ministros han criticado la liberación de Salmiya, y el primero ha pedido la apertura de una investigación. Existe cierta controversia sobre quién tomó la decisión de liberar al médico, con varias instituciones negando su responsabilidad en la decisión.
Salmiya estuvo detenido en la base militar de Sde Teiman, cerca de la ciudad de Beer Sheva, en el sur de Israel. Esta base ha sido señalada en repetidas ocasiones como un lugar de tortura donde han muerto decenas de palestinos durante el conflicto, según organizaciones humanitarias y algunos de los prisioneros liberados. Según el diario Haaretz, hasta 36 prisioneros han muerto en Sde Teiman.
La decisión de liberar a Salmiya se basó en las recomendaciones del Shin Bet (servicio de seguridad interior) y de los servicios de inteligencia militar, tras una reevaluación de la información disponible sobre él. El Shin Bet emitió un comunicado advirtiendo al Ministerio de Seguridad Nacional contra la liberación de prisioneros debido al hacinamiento en las prisiones.
Según capturas de pantalla obtenidas por Haaretz, el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, quien es responsable del servicio penitenciario, criticó al jefe del Shin Bet y al ministro de Defensa, Yoav Gallant, por la liberación de los prisioneros. El líder de la oposición, Yair Lapid, ha calificado la situación en el Gobierno como «anarquía y disfuncionalidad».
Desde el comienzo de la guerra, Israel ha detenido a miles de ciudadanos en Gaza en operaciones que considera como lucha contra el terrorismo palestino. Muchos de estos detenidos han sido liberados semanas o meses después sin cargos, y tras haber sufrido torturas, según han denunciado en entrevistas o dando testimonio a instituciones como la ONU.
Además de las muertes en la base militar de Sde Teiman, otros prisioneros han muerto a manos de las autoridades israelíes, incluyendo al jefe de Traumatología del Hospital Shifa, Adnan Al Bursh, que fue detenido el 20 de noviembre y murió en una cárcel israelí el 19 de abril.
Israel ha insistido en que el grupo Hamás tenía su mando central en los sótanos del hospital que Salmiya dirigía, y que ha sido asaltado por sus tropas varias veces desde octubre. Sin embargo, nunca ha conseguido demostrarlo, aunque sí ha encontrado algún túnel. Hamás, por su parte, siempre ha negado que use instalaciones sanitarias como bases.