La Comisión del Juego del Reino Unido ha lanzado una investigación que implica a varios miembros del Partido Conservador en un escándalo de apuestas electorales, según revelaciones del programa Newsnight de la BBC. Se siguen pistas que vinculan a hasta 15 candidatos del Partido Conservador en el escándalo, que también ha manchado la reputación de un candidato laborista y cinco policías, además de llevar a la detención de un guardaespaldas del Ministro de Hacienda, Rishi Sunak.
Este escándalo ha ensombrecido el último debate televisivo entre Sunak y el líder laborista Keir Starmer antes de las elecciones del 4 de julio. Según una encuesta reciente de Savanta, el 66% de los británicos considera el escándalo «inaceptable», lo que refleja una creciente desconfianza y recelo hacia la clase política por la falta de ética.
La investigación ha tocado personalmente a Alister Jack, secretario de Estado para Escocia y miembro del gabinete de Sunak. Jack admitió haber ganado 2.100 libras (2.480 euros) apostando sobre la fecha de las elecciones, aunque insiste en que no ha hecho «nada ilegal» y que «no tenía conocimiento de cuándo sería la cita con las urnas hasta el día en que fue anunciado». Sin embargo, Jack había afirmado durante meses que adelantar las elecciones al verano en lugar de esperar al otoño tenía «un sentido estratégico para los conservadores».
El Partido Laborista también se ha visto indirectamente implicado en el escándalo. Kevin Craig, candidato laborista por el distrito de Suffolk Central y North Ipswich, fue expulsado automáticamente del partido cuando se supo que había apostado por la pérdida de su propio escaño ante su rival conservador.
«Con Keir Starmer como líder, el Partido Laborista requiere los más altos estándares para nuestros candidatos parlamentarios, como el público espera que ocurra en un partido que aspira a gobernar, y por eso hemos actuado inmediatamente», declaró una portavoz laborista.
La decisión de Starmer contrasta con la de Sunak, que inicialmente dejó el tema en manos de «una investigación interna» y no retiró su apoyo a su ex secretario parlamentario, Craig Williams, y a la candidata Laura Saunders hasta el martes, una semana después de que sus nombres se vincularan por primera vez al escándalo.
La falta de ética política se convirtió en el tema principal del último debate televisivo entre Sunak y Starmer, marcado por las repercusiones del escándalo de las apuestas. «La cultura de la política debe cambiar», declaró Starmer, destacando la complacencia de los conservadores durante sus 14 años en el poder y la lenta reacción de Sunak ante el escándalo.
En el Partido Conservador, se ha llegado hasta los cargos directivos. El jefe de campañas, Tony Lee (marido de la candidata Laura Saunders) y el jefe de la oficina de datos, Nick Mason, se han ausentado de sus puestos al trascender la noticia de que están siendo investigados.
George Russell, candidato por Montgomeryshire, fue el quinto conservador cuyo nombre se hizo público en relación con el escándalo. Russell anunció el martes su retirada del equipo directivo de los conservadores en Gales «porque no quiero ser una distracción innecesaria».
Scotland Yard anunció que otros cinco policías están siendo investigados tras la detención de un guardaespaldas del propio Sunak, que había apostado también por la fecha de las elecciones del 4 de julio. Según la BBC, decenas de británicos, directa o indirectamente relacionados con políticos que podrían haber tenido acceso a información privilegiada, están siendo investigados por la Comisión del Juego.