La Comisión Europea ha expresado su disposición a desafiar una vez más las normas establecidas en materia de migración, indicando su apertura a manejar las solicitudes de asilo fuera de las fronteras de la UE. Esta noticia se produce menos de dos meses después de que la Unión diera luz verde al pacto migratorio que endurece las condiciones de acogida en comparación con la situación anterior.
En una carta enviada a los líderes de los 27 Estados miembros de la UE, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, afirmó que está dispuesta a explorar «estrategias innovadoras para prevenir la inmigración irregular» y a considerar métodos para que las solicitudes de asilo se manejen fuera de la UE. Aunque no se mencionó ningún ejemplo específico, esta propuesta se asemeja al modelo de Italia en Albania, donde se planea enviar a los migrantes rescatados en el mar para procesar sus solicitudes en centros administrados por personal italiano.
La disposición de Von der Leyen para estudiar un enfoque similar al albanés es un guiño a las voces que piden una postura más dura en la gestión de la inmigración. Esta postura incluye a la primera ministra ultraderechista Giorgia Meloni, a quien Von der Leyen desea atraer para asegurar el apoyo de su grupo político en medidas clave durante el próximo mandato.
Posteriormente, Von der Leyen afirmó que se pueden buscar formas de «apoyar el establecimiento de sistemas nacionales de asilo que funcionen en los países socios», al tiempo que se refuerza la cooperación de la UE en el regreso de los migrantes a sus países de origen. Estos retornos estarían acompañados de medidas de reintegración para los retornados.
El llamado «modelo Albania», concebido por la primera ministra italiana Giorgia Meloni, se basa en un acuerdo con un país «seguro» fuera de la UE. En este acuerdo, el sistema europeo sería implementado por personal de un país comunitario (Italia) y las medidas serían ajustadas a la legislación europea.
Von der Leyen describió el pacto migratorio alcanzado en 2023 como un «gran avance», pero insuficiente. Expresó la necesidad de complementarlo con estrategias para abordar la dimensión externa, es decir, antes de que los solicitantes de asilo lleguen a la UE. Esto se lograría previniendo la llegada de estos solicitantes y gestionando sus solicitudes en países terceros.
En este contexto, Von der Leyen propuso extender el modelo de pactos con países fuera de la UE a quienes se envían fondos para programas a cambio de frenar las salidas de migrantes. Este modelo ya se ha implementado en países como Líbano, Túnez y Mauritania, pero es controvertido, ya que se ha acordado con regímenes con nefastos historiales de respeto a los derechos humanos.
La presidenta de la Comisión Europea enfatizó que solo a través de asociaciones efectivas se logrará la cooperación para prevenir las salidas y combatir el contrabando, así como el retorno y la readmisión sin problemas de aquellos que no tienen derecho a quedarse. Afirmó, «está claro que la UE solo logrará detener la migración irregular hacia territorio comunitario si somos capaces de implementar políticas integrales e inteligentes con nuestros vecinos y más allá».
