El matrimonio Klarsfeld, Serge y Beate, son una autoridad moral en Francia, un país que han desafiado durante décadas para enfrentar sus responsabilidades históricas por el colaboracionismo durante el Holocausto. Los Klarsfeld se caracterizan por su incansable persecución de fugitivos nazis y su persistente denuncia del antisemitismo y la extrema derecha. Sin embargo, su reciente apoyo condicional al Reagrupamiento Nacional (RN) de Marine Le Pen en las elecciones legislativas francesas ha causado un terremoto político.
A pesar de su historia de lucha contra la extrema derecha, los Klarsfeld han argumentado que, si se vieran obligados a elegir entre el partido de coalición de izquierdas Nuevo Frente Popular y el RN, optarían por este último. Aunque no piden directamente el voto para el RN, han declarado que si tuvieran que elegir entre la izquierda, que ven dominada por los candidatos de La Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon, y un candidato de Le Pen, optarían por Le Pen.
En su despacho, los Klarsfeld están rodeados de recuerdos de su lucha contra el nazismo, desde un mapa que reconstruye los campos de Auschwitz y Birkenau donde murió el padre de Serge, hasta una portada de un tabloide alemán de 1968 que muestra a Beate abofeteando en público al entonces canciller alemán, Kurt Georg Kiesinger, un antiguo nazi.
Las recientes declaraciones de los Klarsfeld han desconcertado a muchos franceses, incluyendo a una parte de la comunidad judía. La Unión de Estudiantes Judíos de Francia ha criticado a Klarsfeld, argumentando que el RN sigue siendo peligroso para los judíos.
Para Marine Le Pen, las palabras de Klarsfeld son una bendición, un paso definitivo en el proceso de desvinculación del partido de su pasado más incómodo, el del Frente Nacional de su padre, Jean-Marie. Los Klarsfeld han respaldado el intento de Le Pen de rechazar el antisemitismo histórico de la extrema derecha, y han aplaudido su condena a Phlippe Pétain, líder de la Francia que colaboró con la Alemania nazi, y su repudio al antisemitismo de su padre.
La posición de los Klarsfeld es coherente con su larga historia de tomar decisiones independientes y no alinearse con ninguna ideología o partido político en particular. Han luchado contra la extrema derecha en los tribunales y en las manifestaciones, y han sufrido atentados con paquetes bomba que provenían de la extrema derecha. Sin embargo, insisten en que no son sectarios y en que su prioridad es el destino de los judíos y de Israel.
En una entrevista, Serge Klarsfeld afirmó que él votaría por Macron y que considera al RN un adversario político, no un enemigo. Si el RN llegara al poder y realizara acciones que no fueran de su agrado, dijo, lo combatirían. A pesar de las críticas, Klarsfeld mantiene su postura y afirma que los acontecimientos futuros decidirán si su apoyo condicional al RN fue acertado o no.
Es importante recordar que los Klarsfeld son historia viva de Europa: los cazanazis que lograron sentar en el banquillo, entre otros, a Klaus Barbie, el carnicero de Lyon. En Francia, este matrimonio de octogenarios —judío francés, él; alemana hija de un soldado de la Wehrmacht, ella— son un referente. Recientemente, fueron condecorados por el presidente Emmanuel Macron, quien en su discurso dijo: “Ustedes han sido insolentes, libres, intransigentes, perseverantes”.