La odisea judicial del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, parece llegar a su fin tras alcanzar un acuerdo provisional con las autoridades de Estados Unidos. Nacido en Townsville en 1971, Assange fundó WikiLeaks en 2006 en Australia, y cuatro años después, saltó a la palestra por la publicación de medio millón de documentos de información «clasificada» sobre las guerras de Irán. Ahora, se ha declarado culpable de haber violado la Ley de Espionaje a cambio de una pena de cinco años de cárcel. Dado que ya ha pasado más de ese tiempo en una prisión de máxima seguridad británica, es probable que EEUU lo devuelva a su Australia natal.
En 2006, Assange fundó WikiLeaks, y el grupo comenzó a publicar documentos confidenciales o clasificados. En 2010, la fiscalía de Suecia emitió en agosto una orden de arresto por un intento de violación y otro de acoso sexual a dos mujeres. Assange viajó de Suecia al Reino Unido, y tras una breve liberación bajo fianza, la policía sueca emitió una orden de arresto internacional.
En 2012, Assange se refugió en la embajada de Ecuador en Londres, donde el presidente Rafael Correa le concedió asilo. Sin embargo, en 2014, Assange perdió su primer intento de impugnar la orden internacional de arresto, y un tribunal en Suecia mantuvo abierto el caso de la doble denuncia.
El Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria de la ONU determinó en 2016 que Assange había sido arrestado «ilegalmente» y recomendó su puesta en libertad y una compensación económica. Ese mismo año, el nuevo presidente de Ecuador, Lenin Moreno, aseguró estar trabajando con el Reino Unido para encontrar una solución para que Assange pudiera abandonar la embajada.
La situación de Assange se complicó en 2019 cuando Lenin Moreno retiró el asilo político al fundador de WikiLeaks. La policía londinense entró en la embajada y detuvo a Assange, que fue condenado un mes después a 50 semanas de cárcel por violar las condiciones de su libertad bajo fianza en 2012. El Gobierno norteamericano presentó contra él 18 cargos por espionaje, conspiración y fraude informático que podrían ser castigados con 175 años de cárcel.
En 2021, un tribunal británico determinó que Assange no podía ser extraditado debido a su fragilidad mental y al riesgo de que intentara suicidarse bajo las duras condiciones de las prisiones de máxima seguridad estadounidenses. Sin embargo, un alto tribunal dio la razón a Estados Unidos en el proceso de apelación y determinó que había suficientes garantías para que Assange fuera tratado «humanamente».
Finalmente, en 2024, los abogados de Assange intentaron frenar la extradición alegando la «motivación política» del caso y la «flagrante negación de la justicia» al fundador de WikiLeaks. Dos jueces del Tribunal Superior de Londres exigieron a las autoridades estadounidenses garantías, incluida una de que Assange no recibiría la pena de muerte, antes de decidir si le concederían una nueva apelación contra su extradición.
El 25 de junio de 2024, tras el acuerdo entre el Departamento de Justicia de Estados Unidos y Assange para declararse culpable de un cargo de conspiración para obtener ilegalmente y difundir información clasificada de defensa nacional, el fundador de WikiLeaks abandonó la prisión de Belmarsh en el Reino Unido, rumbo a las Islas Marianas del Norte, territorio norteamericano en el Pacífico.