La contienda por la presidencia de Estados Unidos, que se decidirá en noviembre, está dejando a un lado los programas electorales para centrarse en datos contables: la recaudación de fondos y los porcentajes de intención de voto de los candidatos. El demócrata Joe Biden y el republicano Donald Trump están demostrando que el poder político se mide en dólares, y no solo en ideas.
Este año, por primera vez, Biden ha adelantado a Trump en los sondeos, según la media nacional de encuestas de FiveThirtyEight. El demócrata ha ganado 1,8 puntos desde el 30 de mayo, cuando se conoció la culpabilidad de Trump en el caso Stormy Daniels. Sin embargo, Trump ha superado a Biden en recaudación de fondos, un logro sin precedentes desde que fue señalado como convicto.
La campaña de Trump recaudó más de 60 millones de dólares que la de Biden el mes pasado, según los registros federales. Esta suma incluye un cheque de 50 millones de dólares del millonario Timothy Mellon, que ha ayudado a sanear las finanzas de su campaña, mientras que Biden recibió 28 millones de dólares de sus partidarios en Hollywood en una sola noche.
En total, la campaña de Trump recaudó 141 millones de dólares en mayo, casi el doble de los 85 millones registrados por los comités de acción política (PAC) del demócrata. Los últimos datos de la Comisión Federal Electoral sugieren que los demócratas aún pueden mantener una ventaja en efectivo de cara a noviembre, pero las tornas parecen cambiar rápidamente.
El Proyecto 2025 de Trump, que apunta a un ideario autócrata, ha atraído la atención de Wall Street, que apoya abiertamente su candidatura. Entre los apoyos de Trump figuran destacados representantes del negocio de las criptomonedas y de los combustibles fósiles, que ven con buenos ojos el desmantelamiento de los controles impuestos durante la presidencia de Biden.
Por su parte, los donantes de Biden, como el multimillonario exalcalde de Nueva York Michael Bloomberg y la filántropa Melinda French Gates, siguen apoyando su campaña. Bloomberg donó recientemente casi 20 millones de dólares a la campaña de reelección de Biden, y Gates rompió su tradicional discreción para pronunciarse en favor del demócrata.
La campaña de Biden ha recaudado un total de 558 millones de dólares desde su lanzamiento, de los cuales 212 millones están disponibles en efectivo. Sin embargo, la campaña de Trump cuenta con 170 millones de dólares, lo que demuestra una impresionante demostración de fuerza política.
La inversión publicitaria también juega un papel importante en la campaña. Biden gastó 50 millones de dólares en su último anuncio, mientras que la campaña de Trump contrató 100 millones en anuncios hasta el Día del Trabajo.
La elección del vicepresidente de Trump también parece estar influenciada por la capacidad de recaudación. Varios aspirantes, como el gobernador de Dakota del Norte, Doug Burgum; el senador republicano Tim Scott, y el senador republicano de Ohio, J. D. Vance, han intensificado sus esfuerzos de recaudación.
En conclusión, la campaña presidencial estadounidense de este año está demostrando que las finanzas juegan un papel crucial en la política. Los candidatos y sus equipos deben demostrar su habilidad para recaudar fondos y mantener un equilibrio financiero sólido, así como para atraer a los votantes y obtener su apoyo. Este enfoque contable de las campañas puede ser indicativo de cómo se desarrollará la contienda en los próximos meses.