El pasado fin de semana, el mundo del automovilismo experimentó una emocionante carrera en la octava fecha del calendario IndyCar en el icónico circuito de Laguna Seca. Esta carrera se destacó por un desempeño dominante del piloto español Álex Palou, quien se convirtió en el punto de referencia en la pista durante toda la competición. Esta carrera también marcó el final de una era, siendo la última carrera de los motores convencionales, ya que a partir de la próxima carrera en Mid-Ohio, la era híbrida comenzará oficialmente.
Palou comenzó la carrera desde la pole, pero fue superado rápidamente por Kyle Kirkwood en las primeras etapas. Esto llevó a especulaciones de que Palou estaba experimentando problemas mecánicos, sin embargo, fue pronto evidente que estaba adoptando una estrategia de dosificación del ritmo. La carrera fue un hervidero de incidentes, incluyendo un desafortunado giro para Will Power, el líder del campeonato, quien cayó hasta el puesto 25 después de salirse de la pista en la primera vuelta.
Hubo también una serie de detenciones en boxes durante la carrera, particularmente notable durante una bandera amarilla en la vuelta 35 debido a un despiste y un fuerte choque de Luca Ghiotto. Esto resultó en una división de estrategias, con la mitad de la parrilla cambiando neumáticos, incluyendo a Kirkwood y a Colton Herta, mientras que la otra mitad, incluyendo a Palou, optó por esperar un mejor momento para entrar en boxes. Esta estrategia permitió a Palou retomar el liderato de la carrera.
Después de hacer su primera detención, el piloto estadounidense Alexander Rossi se colocó en la posición de líder durante diez vueltas. Sin embargo, el ritmo de los pilotos como Palou y Herta presagiaba que el ganador estaría entre ellos. En este punto, se descartó cualquier posibilidad de una victoria de cualquier miembro del equipo Penske, que tuvo una tarde desafortunada, ya que tanto Scott McLaughlin como Josef Newgarden cometieron errores que los relegaron a los puestos 21 y 19 respectivamente.
La carrera fue particularmente fructífera para Colton Herta, quien aprovechó el régimen de precaución y logró ascender al segundo lugar detrás de Palou. Sin embargo, a pesar de sus mejores esfuerzos, Herta no pudo superar al piloto de Ganassi, y el monoplaza amarillo de Palou se alejaba en segundos, volviéndose inalcanzable para el resto de los competidores. A medida que las estrategias se estabilizaban, el triunfo de Palou se hizo más evidente, ya que lideró 48 de las 95 vueltas y mantuvo a raya a sus rivales, especialmente en el último tercio de la carrera.
El piloto danés Christian Lundgaard fue otro de los protagonistas de la jornada, aunque por razones menos positivas. Lundgaard salió volando del sacacorchos del lado de la grava y su monoplaza despegó cuesta abajo, aunque logró continuar. Otro incidente notable implicó a Agustín Canapino, quien chocó con Kyffin Simpson, causando un trompo en plena pista y provocando un accidente con Graham Rahal, que resultó en el abandono de ambos de la carrera.
En el último reinicio, Palou, Herta y Rossi aseguraron los tres primeros lugares en el podio. Detrás de ellos, el sorprendente Romain Grosjean llevó al Juncos Hollinger Racing hasta un meritorio cuarto lugar. Mientras tanto, Kyle Kirkwood terminó quinto después de no poder recuperar las posiciones que perdió durante su primera detención en boxes. Completando los diez primeros puestos estuvieron Scott Dixon, Will Power, Pato O’Ward, Santino Ferrucci y Marcus Ericsson. Ahora, todos los ojos están puestos en la próxima carrera en Mid-Ohio, donde los motores híbridos harán su debut en la categoría estadounidense.