En la actualidad, las mujeres campesinas colombianas están experimentando una significativa mejora en sus condiciones de vida y trabajo gracias a sus emprendimientos agrícolas. Esto es en gran parte gracias a las políticas implementadas por el Gobierno de Gustavo Petro, que han favorecido y promovido el desarrollo del sector agropecuario.
El fomento de la economía productiva del campo ha sido uno de los objetivos prioritarios de la administración colombiana. Dentro de esta visión, un grupo de mujeres ha tomado la iniciativa de unirse para fortalecer sus productos agrícolas. Anteriormente, estos cultivos eran de pancoger, es decir, satisfacían solo una parte de las necesidades alimenticias de los productores. Sin embargo, hoy en día, se han convertido en una fuente de recursos esenciales para cumplir con todos sus gastos.
Dentro de estos emprendimientos se pueden encontrar mujeres migrantes, campesinas de hacha y machete y víctimas del conflicto armado en Colombia. Muchas de estas mujeres fueron desplazadas de sus tierras en algún momento, pero han vuelto para hacer lo que mejor saben: cultivar la tierra. Su objetivo es contribuir a la creación de un campo con más dignidad.
El gobierno nacional ha desempeñado un papel crucial en este proceso a través de su colaboración con el Fondo Nacional para el Financiamiento del Sector Agropecuario (Finagro). Esta entidad ha ayudado a las mujeres campesinas con préstamos de muy bajos intereses. Además, ha proporcionado capacitación y subsidios que reducen su deuda, facilitando así un mayor desarrollo de sus productos.
Desde agosto de 2022 hasta mayo de 2024, Finagro ha desembolsado más de 4 billones de pesos colombianos en créditos financieros para las mujeres emprendedoras del campo colombiano. Estos recursos han tenido un impacto significativo en su capacidad para llevar adelante sus emprendimientos y mejorar sus condiciones de vida.
Este enfoque ha tenido un impacto positivo no solo en la economía de las mujeres campesinas, sino también en la economía en general. Al fomentar el desarrollo del sector agropecuario, el Gobierno está ayudando a impulsar la economía nacional y a reducir la pobreza en las zonas rurales.
El apoyo a las mujeres campesinas no solo es una cuestión de justicia social, sino también una estrategia inteligente de desarrollo económico. Las mujeres campesinas son una fuente inestimable de conocimientos y habilidades, y su contribución al desarrollo económico es vital.
Es importante destacar que este enfoque no se limita a proporcionar asistencia financiera. También incluye capacitación y educación, lo que ayuda a las mujeres campesinas a mejorar sus habilidades y a aumentar su productividad.
El gobierno colombiano está demostrando que el desarrollo del sector agropecuario es una estrategia efectiva para combatir la pobreza y promover el desarrollo económico. Al apoyar a las mujeres campesinas, está invirtiendo en el futuro de la nación.
La experiencia de las mujeres campesinas colombianas es un ejemplo inspirador para otros países de la región y del mundo. Demuestra que es posible mejorar las condiciones de vida de las personas más vulnerables mediante el apoyo a los emprendimientos agrícolas.
En conclusión, el gobierno colombiano está haciendo una contribución significativa al desarrollo del sector agropecuario y al empoderamiento de las mujeres campesinas. A través de su colaboración con Finagro, está proporcionando a estas mujeres los recursos y la capacitación que necesitan para prosperar. Este enfoque está ayudando a mejorar la economía y la vida de las personas en las zonas rurales de Colombia, y es un modelo que otros países podrían seguir.