El Gran Premio de España de Fórmula 1 fue una jornada complicada para los pilotos españoles Carlos Sainz y Fernando Alonso, que se vieron enfrentados a una serie de desafíos inesperados que eclipsaron las expectativas de éxito.
Carlos Sainz, que se despedía de su afición vestido de Rosso Corsa, comenzó la carrera con un buen sabor de boca, ocupando la sexta posición en la parrilla de salida. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, no pudo mejorar su posición, cerrando el domingo en el mismo sexto lugar que ocupaba en parrilla. Aunque Sainz se llevó a casa 8 puntos, esta actuación estuvo lejos de las aspiraciones que tenía para lo que sería su última aparición en casa con Ferrari.
Fernando Alonso, por su parte, se enfrentó a un coche que parecía tener pocas ganas de colaborar. A pesar de sus intentos por manejar la situación, el asturiano acabó la carrera en la duodécima posición, sin sumar ningún punto.
La sesión clasificatoria del sábado ya había presentado indicios de que la carrera no iba a ser fácil para los pilotos españoles. Sainz, que aspiraba a una posible pole position, acabó en el sexto puesto en la parrilla de salida, superado incluso por su compañero de equipo Charles Leclerc. Alonso, por su parte, no pudo superar la Q2, clasificando undécimo. Sin embargo, gracias a una penalización de tres posiciones a Sergio Pérez, el español pudo salir desde el top 10 en carrera.
El primer ‘stint’ también presentó desafíos para ambos pilotos. Mientras Sainz pudo mantener su posición de partida, Alonso perdió dos puestos durante la primera vuelta. El asturiano tuvo que pelearse con su monoplaza, que estaba falto de estabilidad, mientras que Sainz se acercaba peligrosamente a Leclerc, a quien acabó superando pocos giros después del inicio de carrera.
En las siguientes vueltas, Alonso tuvo una ligera salida de pista con un coche prácticamente ingobernable. Su primera parada llegó en la vuelta 20, tras la cual siguió perdiendo posiciones. Sainz, por su parte, se había detenido cuatro giros antes, adelantando a Hamilton, aunque este último le devolvió la jugada tres vueltas después.
La segunda mitad de la carrera no fue mucho mejor para los pilotos españoles. Sainz y Alonso se mantenían en sus posiciones, realizando paradas en las vueltas 37 y 46 respectivamente. Mientras Sainz se mantenía en la quinta posición, Alonso subía poco a poco hasta ser duodécimo.
Cerca del final de la carrera, Sainz fue superado por Leclerc a ocho vueltas del final, quedando relegado a la sexta posición, la misma desde la que tomaba la salida. Alonso, por su parte, terminó su fin de semana en la duodécima posición.
Las carreras anónimas de los dos pilotos de casa, en un Gran Premio de España mucho más complicado de lo que esperaban, dejaron un sabor amargo entre los aficionados. A pesar de los desafíos, tanto Sainz como Alonso demostraron su habilidad para competir al más alto nivel. Aunque los resultados no fueron los deseados, ambos pilotos demostraron una vez más por qué son considerados dos de los mejores en su oficio. Sin duda, siempre quedará el 2025 para seguir peleando y demostrando su valía en la pista.