James Sunderland, el principal asistente del ministro británico del Interior, James Cleverly, ha provocado controversia tras describir negativamente el plan del ministerio para enviar a migrantes indocumentados a Ruanda, según informes de la BBC. Sunderland hizo estos comentarios durante un acto privado con jóvenes del partido conservador el 2 de abril, donde explicó en detalle los entresijos del ministerio del Interior.
Expresando sus pensamientos sobre la iniciativa, Sunderland declaró: «La iniciativa es una mierda, de acuerdo? Es una mierda«. Estas palabras, pronunciadas con la creencia de que no estaba siendo grabado, han causado una reacción significativa en el ámbito político británico.
Sunderland, que se presenta a la reelección como diputado conservador en las elecciones del 4 de julio, aclaró que su crítica no se dirigía a la política en sí, sino a sus efectos. En un intento de explicar su postura, Sunderland dijo a la BBC que simplemente estaba tratando de «responder con franqueza a las preguntas«.
Además, subrayó que los efectos disuasorios del plan de Ruanda eran lo que realmente importaba. A pesar de las duras palabras de Sunderland, Cleverly defendió a su asistente el sábado, argumentando que Sunderland se había expresado de esa manera para lograr un efecto dramático y captar la atención de la audiencia.
Cleverly también destacó que Sunderland apoya plenamente el efecto disuasorio de la política de Ruanda, algo que, según él, quedó claro en la grabación. Estos comentarios han provocado una serie de respuestas de varios políticos, incluyendo a la portavoz laborista de Interior, Yvette Cooper.
Cooper criticó el plan conservador en Ruanda, describiéndolo como un «truco extorsionador y fallido». Cooper cuestionó la sinceridad de los conservadores, instándolos a admitir en público lo que aparentemente dicen en privado: que el plan de Ruanda es una estafa.
Las palabras de Cooper fueron respaldadas por su homólogo liberal demócrata, Alistair Carmichael, quien señaló que la estrategia conservadora es una «triquiñuela inmoral y costosa«. Carmichael también afirmó que todos, incluyendo a los conservadores en altos cargos, son conscientes de esto.
La política de inmigración, en particular el plan de enviar a migrantes indocumentados a Ruanda, ha sido un tema de debate en el Reino Unido. Los comentarios de Sunderland, aunque realizados en un entorno privado, han arrojado luz sobre las divisiones internas dentro del partido conservador respecto a este plan.
El incidente ha puesto de relieve la tensión existente entre la necesidad de abordar el problema de la inmigración y el deseo de hacerlo de una manera que sea moralmente y éticamente aceptable. El debate sobre la política de inmigración en el Reino Unido probablemente continuará en el futuro, a medida que el país busca formas de equilibrar estos dos imperativos.