En el universo del automovilismo, hay historias de motores, marcas y diseños que han dejado huella, tanto por sus triunfos como por sus fracasos. Una de estas es la historia del motor Subaru 1235, un prodigioso 3.5 litros que alcanzaba las 12.000rpm y proporcionaba una potencia máxima de 567cv. Este motor significó un hito para la marca japonesa Subaru, pero también marcó su declive en el mundo de la Fórmula 1.
El Subaru 1235 fue un motor bóxer que Subaru encargó a la empresa italiana Motori Moderni a finales de los años 80. Este motor fue el intento de la marca japonesa de adentrarse en el competitivo mundo de la Fórmula 1. Para este propósito, el jefe de Motori Moderni, Carlo Chiti, optó por una configuración H12 para el motor.
Este diseño, que Chiti ya había utilizado en motores de F1 para Ferrari y Alfa Romeo, equipó doble árbol de levas y, a pesar de probar el uso de 4 válvulas por cilindro, acabó utilizando 5. La utilización de bielas y válvulas de titanio permitió que el motor subiese de forma impresionante a las 12.000rpm. Sin embargo, las apariencias engañan y lo que parecía ser un prometedor motor terminó sellando el destino de Subaru en la Fórmula 1.
El Subaru 1235 presentaba problemas de peso y potencia. Aunque su capacidad de revoluciones era elevada, su potencia estaba lejos de la de los equipos punteros de la época, como Honda, que rozaba los 700cv en su monoplaza. Además, el 1235 tenía un sobrepeso considerable, lo cual no ayudaba a su rendimiento.
Además, el concepto de motor bóxer o plano presentaba otro problema. Este diseño impedía desarrollar características aerodinámicas clave, como el efecto suelo, en el coche. Los cabezales del motor obstruían el flujo de aire, lo que limitaba las posibilidades de desarrollo aerodinámico del vehículo.
Estos problemas llevaron a que el motor jamás participara en una carrera de Fórmula 1. Subaru Coloni Racing, con su monoplaza Coloni C3B y el piloto Bertrand Gachot, no logró precalificar para poder competir. Fue un duro golpe para la escudería y para Subaru.
Pero la historia del Subaru 1235 no terminó allí. En 1990, el proyecto fue abandonado, pero el fabricante sueco de hipercoches Koenigsegg mostró interés en él. El motor fue modificado hasta alcanzar un volumen de 3.8l y se sustituyeron las levas y la admisión para incrementar el par y reducir las revoluciones a unas 9.000rpm. Además, se incorporaron un par de turbos que incrementaron la potencia del motor hasta los 750cv.
El motor Subaru 1235 encontró un nuevo hogar en el Koenigsegg CC de 1996, el primer prototipo de la marca sueca. Sin embargo, solo se entregaron dos motores antes de que Chiti falleciera y Motori Moderni se declarara en quiebra. Koenigsegg compró los planos y moldes restantes, pero todo estaba hecho a mano y calculado en papel, sin informatización.
Finalmente, Koenigsegg optó por el V8 modular de Ford, pero los dos motores Subaru 1235 aún permanecen en la fábrica de Ängelholm, testigos de una historia de ambición, fracaso y resiliencia en el mundo del automovilismo de alta competición.